KRITTER (ESP) «The Fuckening»
On Fire Records, 2020
Corría el año 1984 (que ya ha llovido desde entonces) y saltaba a las pantallas una comedia de terror o viceversa (peli de terror con toques de comedia). Oh, sí, niños y niñas, por aquellos años todo el mundo quedó prendado del mogwai llamado Gizmo. Ya sabéis las tres reglas fundamentales que no se cumplieron y que dieron lugar a toda aquella catástrofe. Pero como digo, un par de años después del estreno de “Gremlins”, la industria del cine nos ofreció una versión más cabrona del mogwai. En aquella ocasión, las criaturas venían del espacio y eran cabronas y destructivas porque sí, sin más razón y explicación. Eran los “Critters” y eran cien veces más divertidos. ¡Colorea y aprende con Teo!
De allí debió salir el nombre de la banda charra, porque cabrones y destructivos son un rato, pero que también se lo pasan teta tocando, se nota. Y se nota en cada surco de este “The Fuckening”, quizá su disco más maduro hasta la fecha. Porque para empezar, vamos a abrir el disco con “Your Sacrifice”, sin cuenta ni tres golpes de charles ni nada, a pelo y a saco: dos guitarras, un bajo, una bateria y unos teclados en plan muro. ¡Primera bofetada a la cara! Cabalgando sobre bases más Thrashys, los charros facturan un metal de nueva generación altamente vitaminado y melódico. Se nota experiencia y trabajo, se notan años y años nutriéndose de toda la música que han podido llegar a escuchar. Y oye, que si hay que dar un mayor protagonismo a los teclados y meter una melodiosa intervención, se mete y se hace sobre una base rítmica que cabalga sobre el doble bombo de Diviz y el bajo de Javier Domínguez, ¡y chim-pum! Pero si nos tenemos que poner más CHILDREN OF BODOM en el siguiente tema, pues KRITTER se ponen a ello, pero donde en los unos la voz de Alexi Laiho se convierte en un growl ininteligible, en nuestra banda la voz de Gabe muestra una versatilidad y amplitud de registros de la que adolecen los fineses.
Solos melódicos e intercambio de partes rítmicas y solistas entre Javier Hernández y Hristo, otra de las señas de identidad, perfectamente cohesionados entre ellos e integrados en el sonido de la banda. Riffs que pueden ir de lo acústico hacia lo metálico y melódico como en “Ashes of a Life”, con los teclados entrando y saliendo de los temas bajo los mágicos dedos de Rodri. Sí, el peso, la fuerza y la garra es netamente metálica, pero KRITTER son una banda que, sin andarse con experimentos raros y pajas mentales, tocan todos los palos desde el Heavy Metal más clásico hasta el más actual. Y el peso que tienen esas guitarras en “Duality”, cómo caminan, cómo modulan, cómo se cambian los roles, como un juego de manos… ¡nada por aquí, entra Hristo, nada por allá, sale, entra Javi! Y siempre, omnipresentes, una base rítmica demoledora, unos teclados mágicos y la voz de Gabe. “Live in Heaven, Live in Earth” entra con unos poderosos ataques de Diviz como diciendo ¡Chúpate esa, Scott Travis! El tema hace que se te disparen las pulsaciones y empieces a menear melenas (el que tenga).
“Behind your mask” se mueve como un Godzilla y serpentea con un Groove capaz de levantar a los muertos. Hay más metal en un surco de este tema que en la discografía de muchas bandas. Y las intervenciones de Rodrigo, de nuevo… Lo siento, pero es muy difícil no dejarte llevar: seis tíos y brillando todos a la vez, es que muy difícil, es este detalle, este riff, este bajo, el brutal cambio del fragmento “a capella” al desparrame final de este tema, cuando crees que estás con Gizmo saltan los Critters, o KRITTER en este caso, a dentellada pura. Y las pulsaciones siguen subiendo con el siguiente tema, “8 Millions of God”, de las partes brutalmente aceleradas a las partes más limpias, menos agresivas, al coro de niños, a la línea de piano… Y para cerrar un épico “Empty River”, donde de nuevo volvemos a descubrir a 6 tíos brillando: un Gabe brillando berreando como en los mejores tiempos de Phil Anselmo del “Cowboys…”, unos teclados en plan John Lord, guitarras afiladas y metálicas, una base rítmica que es un martillo pilón…
Hay un disco de DAVID LEE ROTH que define perfectamente lo que acabo de escuchar. Recién salido de VAN HALEN se montó un súper-grupo y sacaron el “Eat’em and Smile”, y esa es la actitud: Comételos y Sonríe. Aunque esa sonrisa no es la beatífica de Gizmo, sino la cabrona de las criaturitas del espacio: los critters, o, en este caso, KRITTER.
Puntuación
Nota - 10
10
Nota
Hay un disco de DAVID LEE ROTH que define perfectamente lo que acabo de escuchar. Recién salido de VAN HALEN se montó un súper-grupo y sacaron el “Eat’em and Smile”, y esa es la actitud: Comételos y Sonríe. Aunque esa sonrisa no es la beatífica de Gizmo, sino la cabrona de las criaturitas del espacio: los critters, o, en este caso, KRITTER.