MATHILDE (SWI) «32 Decembre»

Desde Suiza nos llega el debut de MATHILDE, bajo el nombre “32 Decembre” para trasladarnos a través de un black/doom metal con tintes progresivos y un estilo muy particular hacia un viaje espacial en la que una persona escapa a través de los narcóticos de constelaciones lejanas.

De hecho, de primeras ya te llama la atención su artwork realizados por Nadia Razban, donde un individuo, un astronauta con pistola en mano y metida en la boca, acciona el gatillo expulsando un espíritu representado por un cisne en formato manga. Y lo segundo que llama la atención es que el grupo lo componen 8 integrantes, cuatro guitarras, Louis Llinares, Colin Humair, Nicolas Morard y Cedric Prétat, también bajista, a la voz principal Leopold Henchoz, en los coros y voces Marouchka Henchoz, en los teclados y piano se encuentra Antoine Simon y en la percusión Axel Vuille.

“Mise En Orbite”, ya nos adentra lentamente en su mundo místico, cósmico y blackero, pero repleto de melodías y toques futurísticos que les dan otro tinte dentro de la escena, incluso la forma tan peculiar de cantar, como si una especie de discurso narrado y gritado, pero con ciertas armonías le explicara al oyente la problemática del mensaje, además de tener unos teclados envolventes que arropa toda la estructura musical en un todo, acercando partes al post black metal.

En “32 Decembre Partie I”, nos adentran en la oscuridad, en un doom lento y envolvente a la vez que un desgarrador Leopold pone todo su potencial en las cuerdas vocales otorgándole un tono teatral y emotivo. Tras un pequeño descanso, la vorágine viene de la mano de “Kepler-186 f”, un corte en las antípodas del anterior, vertiginoso, enfurecido y con escalas muy técnicas y vertiginosas, donde aparece ese death/black modernizado y adaptado al mensaje, todo un temazo que a lo largo de sus casi 7 minutos va girando hacia una cinemática particular para llevarnos en volandas hacia “Une Epave De Plus”, otra voladura de cabeza que tiene su particular cosmovisión con un trabajo brutal del bajo de Cedric.

“Mathilde”, es otro paso más allá, más de diez minutos para disfrutar de la música y del concepto de MATHILDE, envolvente, potente, enigmática, con unos riffs entre el metal, el black y el post, unos teclados perfectos, incluso aumentan ese toque de teatralidad para llevarnos a “32 Decembre Partie II” que cierra esta obra musical con una epopeya de 17 minutos, adentrándonos en ellos cuidadosamente con una ambientación cósmica, oscura y adictiva, con una estructura colosal, unas letras tan liricas como metafóricas, que recomiendo leer para entender el concepto que quieren transmitir y darle sentido a un todo. Como este corte, que alberga todo lo que estos chicos suizos han querido abarcar en su debut, el que han tardado cuatro años en concebir, pero ha merecido mucho la pena porque cuando concepto, arte, música y mensaje se unen en la misma dirección, no hay quien los pare.