NECROTICGOREBEAST (CAN) «Necroticgorebeast» CD 2019 (Comatose Music)

Con ese nombre para la banda ya os podéis imaginar que no hacen glam rock, verdad, y encima Comatose, pues eso, que os voy a contar. Bueno, si, os puedo contar que tiene colaboradores como Jack Christensen de KRAANIUM y Diogo Santana de ANALEPSY, y entonces, aunque no cambia ni un ápice la percepción que teníais hacia su estilo ya sabéis que hay gente de nivel detrás.
Estos cuatro máquinas de Quebec, en este su primer trabajo completo y poco más de media hora de duración nos van a devanar la cabeza, a desperdigar los sesos y después dar nuestros restos a los cerdos de la granja de su tío abuelo. Qué manera de hacer el animal, que manera de desgranar riffs de la más pura vertiente Slam, que manera de aporrear las chapas y los parches, pero sobre todo, que manera de berrear. Estamos ante una aberración vocal de las que nos gusta disfrutar. Esa forma de desgañitarse, esa voz inhumana, esos gorrinos gruñidos y esa garganta estomacal son una maravilla. Todo junto, los riffs, la batería y la voz son un placer para los sentidos más deseosos de barbarie casi inhumana. Pero ojo, que el sonido es tan nítido y gordo, tan basto y tan poderoso que no te da lugar a cansancio, sino todo lo contrario. Es puro, es producido y cuidado al milímetro y hace que todas las frecuencias estén equilibradas en su sitio para que esa distorsión nos degüelle. Y ahí, entre semejante muro de sonido, entre la muralla, aparece el bajo, para destruirlo todo. Uno de esos bajos que suena a tablón, que suena a golpe en la nuca, que te machaca de principio a fin, otra delicia.
A veces uno se cansa de escuchar una y otra vez el mismo riffs con diferente distorsión, pero hay veces que alguien da en el clavo y hace que donde no hay originalidad salte la chispa y sin saber por qué sabes que lo que tienes delante es poderosamente devastador.
Nota - 8
8
Nota
Estos cuatro máquinas de Quebec, en este su primer trabajo completo y poco más de media hora de duración nos van a devanar la cabeza, a desperdigar los sesos y después dar nuestros restos a los cerdos de la granja de su tío abuelo.