PERIPHERY (USA) «Djent is not a Genre»
3DOT Recordings, 2023

Y volvemos a las andadas y al eterno e infructuoso debate sobre si el Djent es un género musical en sí mismo o es una variante de otros géneros, digamos, más grandes. Lo que es indudable es que en cuanto escuchas un determinado chug o esa manera tan característica de atacar los tempos sincopados, ya sabes lo que estás escuchando e, incluso, que banda estás escuchando. ¡Colorea y aprende con Teo!
Los estudiosos del asunto determinan que un género musical es una categoría que reúne composiciones musicales que comparten distintos criterios de afinidad, bien sea su función, su instrumentación o el contexto social en que es producida. En algo se ponen de acuerdo y es para definir algo cuando no saben muy bien de que va el tema. Como para darle la razón a JOHN ZORN, el hombre que se mete en todos los proyectos lo más rarunos posibles. Del Noise a la música de cámara, pasando por el Jazz o los conciertos de piano, el músico neoyorkino lo dejó bien claro cuando afirmó que lo de los géneros es una herramienta para hacer más cómoda y comercializable la compleja visión personal de un artista. Como para secundar sus palabras, los PERIPHERY sacaron hace unos meses su quinto trabajo (si exceptuamos los trabajos de 2015, “Juggernaut”) y para fardar se proponen, con su título, abrir un melón: “Djent is not a genre”. ¿Se puede molar más?
“Wildfire” abre el trabajo con una bofetada muy… ¡Joder, pues muy Djent! En ese eterno dilema sobre quien acuñó primero el termino, si fue Fredik Thordendal de MESHUGGAH o Misha Mansoor de los propios PERIPHERY, la banda abre con todas las características a las que estamos acostumbrados: afinaciones graves, sincopas en tempos raros, armónicos discordantes, palm-muting, brillantez y tecnicismo como para zanjar todas las cuestiones al respecto de si el Djent es un género. Y gran dosis de coña, porque como reza el título del disco: el Djent NO es un género. Pero ya no te cuento nada, cuando la banda se mete en un interludio completamente Jazzy en la última parte del tema – si me lo firma JOHN ZORN, ¡lo compro! Y esto sólo ha sido un tema. “Atropos” se me va a otros derroteros más abiertos, más etéreos, aunque el raca-raca, el Djent, el ataque de las guitarras de Misha Mansoor está bien clarito y bien definido. Y por supuesto, detrás de todo la milimétrica máquina polirritmica de Matt Halpern haciendo posible lo imposible. Si ya conocéis la banda de anteriores lanzamientos, no os van a defraudar y están ahí: inefablemente brillantes. Si os acercáis por primera vez, os van a tirar para atrás, pues su música es increíblemente compleja, pero a la vez tan nítida, tan clara y son tantas cosas pasando a la vez, que te revientan la cabeza. Para los neófitos, mi consejo es que sí, que los escuchen, y los vuelvan a escuchar, que abandonen la vida mundana y que como ascetas, hagan un régimen de “solo PERIPHERY”. Sin duda alguna, habrá un momento de revelación, de epifanía y entonces alcanzaran el nirvana.
“Wax Wings” es una propuesta menos rasposa y agresiva que los dos temas previos, y que lleva a pensar en los dioses progresivos POLYPHIA pero con un vocalista potentorro como Spencer Sotelo. ¿Y el interludio etéreo, piano, ambientación y atmosfera? Una autentica delicatessen. “Everything is fine!” vuelve a atacar con los riffs a paso de golem, y los armónicos discordantes, la vocalización desgañitada, las cincuenta mil capas de sonidos, de ambientes, de tempos… y aun así se las componen para meter unos salvajes breakdowns. Un momento, que se me ha colado en la lista del Spotify otra banda… ¡Ah, no, que siguen siendo ellos con “Silhouette”! What the fuckin’ fuck??? ¿Pero qué maravilla de programación se ha marcado Jake Bowen? Del mismo modo me pasa con “Dying Star”, con esa preciosidad de coros, con ese aire AOR actualizado e hibridado con el Metal moderno. Más Delicatessen que añadir a este trabajo. Pero para que no te relajes, para que esto sea subidas y bajadas, para que estés en todo momento atento a lo que se despliega ante tus orejas, la banda te vuelve a reventar el bulbo raquídeo con “Zagreus”. Growls, berridos, vocalizaciones limpias, el excepcional trabajo de los músicos implicados… Es imposible decir que uno brilla más que el otro. Son de esa gente que está a millones de años luz del común de los mortales que tocan algún instrumento. Y es que a pesar de toda la tralla, hay espacio en el infinito universo sonoro de la banda, para distintos interludios que no tienen nada (y todo) que ver los unos con los otros. Y sí, digo que nada y todo tiene que ver, porque a pesar de todos los intervalos, de las distintas atmósferas y ambientaciones, no queda una obra deslavazada. Todo casa, todo cuadra, todo encaja, todo tiene un sentido y una intención. “Dracul Gras” es de mis salvajadas favoritas de este trabajo, quizá porque me recuerda a la desquiciada brillantez de DEVIN TOWNSEND – salvando las distancias, eso sí. Pero es que, estamos ante una de esas obras en las que todo lo que te diga se va a quedar corto o en un pálido reflejo. Nuevamente, y cuando mi corazón está acelerado por la agresividad, entra otro ambiente calmado, otra atmosfera completamente distinta, un brillante Mansoor, y un tema largo que rebasa los doce minutos: una suerte de opereta, unos PERIPHERY que van a lo suyo y rubrican la frase de JOHN ZORN: la compleja visión personal de un artista. Pero es que todavía hay más y se marcan para cerrar un “Thanks Nobuo”: maemía, que abuso de poder, de calidad, de destreza, de inventiva, de visión musical… Extenuado tras setenta minutos de álbum
Pocas discusiones aquí. Si PERIPHERY se hacen una sacada de chorra como esta y afirman que “el Djent NO es un género” pues ahí está: no nos queda otra que asumirlo como dogma divino. ¡Palabrita del niño Mansoor!
Puntuación
Nota - 9
9
Nota
Pocas discusiones aquí. Si PERIPHERY se hacen una sacada de chorra como esta y afirman que “el Djent NO es un género” pues ahí está: no nos queda otra que asumirlo como dogma divino. ¡Palabrita del niño Mansoor!