
Desde su formación en 2002, DESTRAGE ha levantado pasiones y ha consolidado un público tanto en Italia (su lugar de origen) como en el resto de Europa y en el mundo entero. Para aquellos que no conozcan a DESTRAGE, la formación actual consta de Paolo Colavolpe (voz), Matteo Di Gioia (guitarra), Ralph Salati (guitarra) y Federico Paulovich (batería). Anteriormente, los italianos contaban con Gabriel Pignata al bajo.
DESTRAGE está orientado al Metalcore Progresivo y desde su creación en 2002, ha publicado seis álbumes de larga duración: “Urban Being” (2007), “The King Is Fat’n’Old” (2010), “Are You Kidding Me? No.” (2014), “A Means to No End” (2016), “The Chosen One” (2019) y “SO MUCH. too much” (2022), el último disco publicado y que toma ahora el protagonismo.
“SO MUCH. too much” ha sido publicado a través de Century Media Records y la discográfica 3DOT Recordings, casa que acogió a grupos como PERIPHERY. Además, cuentan con la producción de Matteo “Ciube” Tabacco (DANNY TREJO, OVERCHARGE) y la mezcla de Will Putney (FIT FOR AN AUTOPSY).
Está compuesto por doce temas y, seamos sinceros, este disco requiere de tiempo y concentración. La composición completa, desde “A Commercial Break That Lasts Forever” hasta “Everything Sucks Less”, no para de mezclar texturas, ritmos y géneros, enlazando una pieza con otra y dando la sensación de que se está escuchando una única canción que va pasando por diferentes caminos. Es un disco para escuchar del tirón. pero sin duda destacaría temas como “Italian Boy” o “Vasoline”.
Aunque DESTRAGE esté afincado en el Metalcore, parece que este “SO MUCH. Too much” experimenta con diversos estilos como el Progressive Metal o incluso el Djent. Realmente, lo definiría como Metalcore Experimental, aunque lo mejor de este disco es la indefinición en sí misma.
Puntuación
Nota - 8
8
Nota
Aunque DESTRAGE esté afincado en el Metalcore, parece que este “SO MUCH. Too much” experimenta con diversos estilos como el Progressive Metal o incluso el Djent. Realmente, lo definiría como Metalcore Experimental, aunque lo mejor de este disco es la indefinición en sí misma.