Por Carlos Bermejo
Ante nosotros tenemos el primer larga duración del cuarteto eslovaco formados en 2007 RADIATION, tras una demo, un Split y el EP debut “Plutonium Overdose” de 2013, el diecisiete de octubre sacaron al mercado, a través del sello Witches Brew, este “The Gift of Doom” que nos ocupa.
En este trabajo encontramos a una banda más hecha y madura, subiendo el listón compositivo con respecto a su anterior trabajo. Diez cortes en algo más de treinta y ocho minutos en total forman el álbum, un trabajo cuya principal raíz es el Thrash Metal de la vieja escuela, en su vertiente más underground pero en el que además se observan matices de Death Metal e incluso alguna que otra fase de Black Metal, que le dan al trabajo en su globalidad un toque muy acertado. Otro punto a su favor es el gran sonido alcanzado en esta grabación, crudo y directo, que es simplemente como el estilo que defienden deber ser grabado.
El álbum comienza con “Rotting ForceThe Plague”, y nada mejor que comenzar con uno de los mejores cortes del álbum, puñetazo en la mesa para empezar, desde el inicio del cd nos muestra el cuarteto lo que son capaces de hacer. Por la misma senda discurren los dos siguientes cortes “Praise the God of Nuclear Fusion” y “Thrash the Bastards”, temas de muchos quilates observamos en las tres primeras pistas, si unimos el Thrash Metal más aguerrido a los blast beats y rítmicas a una cuerda típicos del Death Metal, el resultado obtenido es brutal.
“The Gift of Doom” que da título al álbum es un corte de puro Thrash teutón, que estalla en tus oídos sin compasión, con una parte central pesada y machacona que sirve para darle la pausa necesaria a la pista, donde el protagonista es sin duda su baterista Janci, que se mueve como pez en el agua ante tantos cambios de ritmo.
“March of the Blastwaves” y “The Wasteland” discurren por el mismo camino de las dos primeras canciones del disco, esto es, mucha influencia del Death Metal más vetusto, y en la siguiente pista “Wings of the Apocalypse” nos ofrecen una canción más thrasher, rozando en algunas fases de la misma el Speed Metal, y mucha culpa de ello la tiene la voz de Mroz tan desgarradora.
En el dúo de temas “Eternal Toxic Fields” e “Yperite” estos chicos nos vuelven a mostrar su lado más salvaje y rabioso, pero a la vez más intensos, muy al estilo SODOM, sobre todo en la primera de ellas, posiblemente el corte más thrasher del disco.
El álbum se cierra con, “Under the Hell”, otro de los cortes destacados del disco para finalizar el disco, en sus cuatro minutos de duración encontramos una colección de tempos y riffs brutales, desde su inicio lento que da paso a toda la rabia que lleva dentro la banda, riffs endiablados y constantes cambios de tiempo es lo que podemos encontrar en él. Un corte completo, perfectamente estructurado e ideal para cerrar el álbum.
Nota - 7.8
7.8
Nota
un trabajo cuya principal raíz es el Thrash Metal de la vieja escuela, en su vertiente más underground pero en el que además se observan matices de Death Metal e incluso alguna que otra fase de Black Metal, que le dan al trabajo en su globalidad un toque muy acertado.
