RESURRECTION FEST 2019 – Jueves 04.07.2019
Texto: Juan Angel Martos | Fotos: Jorge De La Cruz
Por fin comienza el festival en sí, tras la resaca de una fiesta de presentación espectacular, el primer día venia fuerte y nadie se esperaba lo que iba a ocurrir, además de tener un cartelazo de lujo con PARKWAY DRIVE, la despedida de SLAYER, GOJIRA…., personalmente ha sido el día más épico que he vivido en este festival.
Con media hora de retraso, abrieron las puertas a las 14:00 horas, directos al Chaos Stage para ver a una de las bandas ganadoras del band contest, DAWN OF EXTINCTION, ante unas 200 personas desplegaron su metal melódico con gran ilusión, pues no todos los días se pisan estas tablas; muy activos y agradecidos, Cristian, Daniel y Marcos, intercambiaban sus posiciones en el escenario y transmitían confianza , aunque el sonido del escenario estaba un poco alto y a veces saturaba, dejaron temazos como “Looking The Other Way”, “The Heresy” o “Apocalypse”, tema con el que finalizaron y pusieron fin a un sueño.
SETLIST: Lies/ Looking The Other Way/ Motherfucker/ The Heresy/ Decadence/ Apocalypse
Casi sin respirar, el Desert Stage nos esperaba con unos paisanos míos, CABEZA DE CABALLO. Bajo un calor veraniego descargaron su poderoso stoner oscuro y agresivo, en un concierto que fue de menos a más y antes más de medio millar de personas, nos dejaron 5 temazos aplastantes, con un Javier López comandando en las voces y la pareja de guitarras formada por Antonio Ortiz y Miguel Ortega (que haría doblete en este festival al ser el guitarra también de SANTO ROSTRO ) daban vida en el escenario a temas como ”Last Words Of Walter Kovacs” o “Dölmenn”, donde José López al bajo y Fran García afianzaron la base de este grupazo del sur.
SETLIST: Iron and Wood/ Last words of Walter Kovacs / Watheley’s baby / Dölmenn / Cahrabh pt3
Y como no, sobre las 15:00 horas, se inauguraba el escenario principal con los mallorquines TRALLERY, a quienes ya había visto en un par de ocasiones anteriores y os puedo asegurar que nunca defraudan. Ante unas 2000-3000 personas el trío formado por Humberto (bajo y voz), Biel (guitarra y coros) y Sebastiá (percusión), llenaron con su thrash metal el Main Stage presentando su último trabajo “Spiritless”, con Humberto muy participativo con el publico mientras recorría el enorme escenario que se adapto como un guante a los músicos y sonaban “Evil Pride”, “Unknow Confusion” y se formaban circle pits y pogos con “White Shadow”. Uno de los tres grandes del thrash nacional.
Al termino de este concierto pudimos acercarnos a zona de prensa y Pandemonium, con un cambio de imagen y organizativo muy mejorado, ganando en amplitud, en confort con multitud de asientos más, la colocación de una barra de bebidas en la zona superior de la terraza…, aunque los servicios siguen siendo escasos, sobre todo se formaban colas en los masculinos, que tendría una fácil solución, colocar la especie de abrevaderos que hay en el resto del recinto para dar mayor salida. Y casi sin descanso trasladarnos al Ritual Stage para ver la actuación de MELTDOWN, que no tuvieron tanta fortuna, pues se les fue el sonido un par de veces nada más que comenzar el bolo, pero ellos venían a por todas y dieron un concierto muy visceral y agresivo, sin parar de saltar moverse de un lado a otro, a lo que el publico respondió de la misma manera en cortes como “Underdogs”, “Skull Of Stone” o “One Step Closer”, versión de LINKIN PARK, que puso el cierre a un concierto que quedará grabado en formato videoclip para la posteridad.
Con tan solo girarnos pusimos rumbo a las primeras filas del Main Stage para ver la primera actuación en España del cuarteto de Nueva Orleans, CANE HILL y su nu metal, flanqueado en uno de los laterales por el siguiente grupo que actuaria sobre estas tablas CRYSTAL LAKE; su cantante Ryo saltaría al escenario para cantar un estribillo. Y es que esta banda está creciendo como la espuma, siendo de las pocas bandas actuales que hacen un estilo groovero y nu metalero, recordándonos a clásicos como CLAWFINGER y que dieron un concierto más que aceptable aunque les faltó algo más de movimiento sobre las tablas. Temas como “Lord Of Flies”, fueron coreados por todos, dando fe de que cada vez son más conocidos a este lado del charco o “It Follows” que sonó como una apisonadora al igual que “Gemini” de mis preferidas, con unos bajos atronadores o “Too Far Gone” que puso el cierre a la diversión noventera.
Era el momento perfecto de la tarde para comer algo y reponer fuerzas, en una zona de restauración que este año ante tanta asistencia de público se quedó pequeña, pues en la mitad de los puestos había largas colas para hacerse con una hamburguesa, bocadillo o plato de pasta; aunque de camino pude apreciar un par de temas de KAUSE 4 KONFLICT y su thrash con toques hardcore, ante unas 100-1500 personas, pues era el momento de dividirse por los escenarios o comer antes de la traca final que comenzaría tras CRYSTAL LAKE. Y es que estos chicos de Tokio levantan pasiones allá por donde van, simpáticos, muy agradecidos a su público y perfeccionistas sobre las tablas, lo dan todo en un show adrenalínico, potente y visceral como el que dieron tanto este año en un Main Stage (escenario perfecto para ellos) atestado, como el del año pasado en un impenetrable Chaos Stage que se les quedo pequeño. “Hail To The Fire”, “Machina” o “Agony” golpeaba una y otra vez a los asistentes que bajo la lluvia que comenzó a caer disfrutaban de lo lindo de estos japoneses. Con “Lost In Forever”, CANE HILL se la devolvió y subieron varios miembros al escenario para interpretar este temazo entre los dos grupos, inmortalizando un momento muy especial, hasta llevarnos hacia “Apollo” y “Prometheus”, que puso el punto y final a uno de los conciertes de este Resurrection 2019; un grupo que nunca te cansas de ver.
Y como los contrastes y la diversidad está servida, a nuestras espaldas íbamos a adentrarnos en la oscuridad, en un sonido crust sucio y underground de los bilbaínos ALTARAGE. Ataviados con unos velos negros que impedían verles la cara y creaban una atmosfera siniestra, (hubieran ganado mucho más de noche con el juego de luces) donde las pesadillas pueden hacerse realidad mientras presentaban su nuevo trabajo “The Approaching Roar”, del que dejaron caer temas como “Urn”, “Inhabitant” o “Engineer”, y donde todos los amantes a los sonidos más ínfimos del ser humano disfrutamos de su concierto, al que muchos se acercaban por curiosidad.
SETLIST: Drevicet/Altars/Inhabitant/Urn/Orb/Cyclopean/Knowledge/Engineer
Un enorme telón con trasfondo geométrico y dorado, anunciaba la tercera actuación en Viveiro de los franceses, GOJIRA, una de las bandas que más ganas tenía de ver en directo y aunque hay controversia con su último álbum, a mí personalmente me encanta. Una mirada retrospectiva dio el pistoletazo de salida con “Ouroborus” y “Backbone”, dos trallazos directos a la yugular de los asistentes, sonando como una apisonadora fríamente calculada, donde los cortes y transgresiones fueron milimetradas. “Stranded” fue el primer corte de “Magma”, acompañada de grandes columnas de fuego, como el tema anterior que dinamizaban el ambiente y ponían una nota de calor a una tarde lluviosa, aunque en este concierto paro un poco; álbum del que también cayeron temas como “The Cell”, “Silvera” o “The Shooting Star”, los cuatro jinetes del apocalipsis de su último trabajo, ambientales, melódicas y matemáticamente cortada como el final instrumental “Blow Me Away”. Un señor bolazo, que con frialdad francesa se despidieron, excepto Mario Duplantier, quien se lanzó al público para surfear con una tabla sobre ellos y agradecerles el calor que le habían dado, su hermano, Joe Duplantier (voz y guitarra), se escucho por microfonía llamándolo al vestuario, como nota graciosa.
Recorrimos todo el recinto bajo una ligera llovizna para apreciar que TOUNDRA siguen siendo uno de los mejores grupos de post rock instrumental de España, con un directazo que acaparó a miles de aficionados, mientras el Desert Stage nos esperaban CRO!, grupo al que no conocía y me planteó escucharlos en disco, ya que su propuesta me pareció más que interesante, con un rock muy elegante y emotivo centrándose en su último trabajo de 2016 “Mounstruos”, abriendo con la histriónica “Pdf” para empalmarla con “Wilda” y “Lagrunch”, recorriendo asi su trayectoria musical, de la que solo pude ver la mitad del concierto ya que tuve que ir rápidamente a prensa, para coger mi chubasquero.
SETLIST:Pdf/Wilda/Lagrunch/Petrol/Zapruder/Videovigilada/Coia/Dezin/Mounstros/UniCró!nibot/Diol/ Gigante/PLanetaka/Roquentin
Una tormenta eléctrica se posó sobre Viveiro, justo antes del concierto del último concierto en el que podríamos ver a SLAYER en España y por unos minutos se mascaba la tensión de una posible suspensión, ya que fue tal la tromba de agua que muchos asistentes se refugiaron en cada rincón del recinto, mientras los rayos y la organización anunciaban calma y un retraso momentáneo. Transcurridos unos 20 minutos de nervios, se pudo reanudar el festival y los californianos, SLAYER, crearon su propio infierno de fuego, bajo una tormenta de rayos y agua que no paraba de caer, transformando en una noche épica su ultimo concierto en la Península, inolvidable (solo con el inconveniente que tuvieron que recortar 20 minutos su setlist). Un recorrido musical por casi toda su carrera donde no faltaron clásicos como la inicial “Repentless”, “War Ensemble” fue todo un trallazo, mientras el fondo caía y revelaba un nuevo telón que solo hizo intensificar los fuegos y endurecer el espectáculo con “Season In The Abyss” y “Hell Awaits”. Con otro cambio de telón, las banderas con el símbolo de SLAYER ondeaban bajo un fuego abrasador que incendiaron la mojada noche de Viveiro con “South Of HEaven”, “Raining Blood” o el cierre con una perfecta “Angel Of Death”. Al término, Tom Araya, recorrió el escenario de punta a punta agradeciendo a todos los fans su asistencia y dando las gracias por todos estos años. Larga vida a SLAYER.
Un poco mojado, era el momento de reponer fuerzas antes del cierre del día con PARKWAY DRIVE y BATHUSKA. Y es que los australianos venían como único concierto en España en 2019 y 2020, con producción completa, dando un espectáculo que no dejo indiferente a nadie y sorprendiendo su salida desde Pandemonium hasta el centro del escenario caminando entre el público y rodeado por un fuerte dispositivo de seguridad, que presagiaba un concierto épico. Y es que el inicio místico con “Wishing Well” bajo un escenario iluminado por antorchas y luces rojas, dio paso a “Prey” y “Carrion” que desataron la locura entre los asistentes, con un Winston McCall muy teatral y metido en su papel de frontman a la perfección. Ben Gordon es todo un vendaval a las baquetas y con “Karma” lo demostró con creces, un temazo agresivo y directo que destrozó Viveiro con acompañado con un juego de luces bestial, al igual que el combo formado por “Cementery Bloom” y “The Void”, como si de un narrador se tratase Winston quedaba solo iluminado en el escenario hasta que una explosión daba paso a los machacantes riffs de Jeff Ling y Luke Kilpatrick, lo mismo ocurría tras “Idols And Anchors” y “Dedicated”, con “Abslotue Power” que sonó aplastante. Tras la magia de”Writings On The Wall”, en la que fue acompañado por cuatro violinistas en sendas plataformas, cambió el guion del espectáculo en la parte final, con un Winston ataviado con chaleco antibalas, precedía a la tremenda “Crushed” en un espectáculo de potencia musical y fuego sobre el escenario y en la torre de sonido, aunque en la primera ocasión falló la coreografía de columnas. Y con “Bottom Feder” puso el broche de oro a una gran actuación digna de un cabeza de cartel.
Antes de finalizar la noche y tras la resaca vivida, con la lluvia, la tormenta y tras todo el día nos giramos para el ultimo concierto del día, BATHUSKA, tras la polémica suscitada por la separación de la banda. Un escenario espectacular nos introducía en una iglesia bizantina, donde los músicos quedaban tapados por biombos metálicos y dorados con señales cristianas, desentrañando ante nuestros ojos una misa ortodoxa en toda regla con un frontman oculto y que puso ganas de transmitirnos el misticismo que desprendían; complicado tras el bolazo de PARKWAY DRIVE, pero muy curioso.