BOISSON DIVINE (FRA) «La Halha»
Brennus Music, 2020
Si existe una bebida que sin duda es la más deseada es la ambrosía, aquella que, según se decía, otorgaba a los dioses su inmortalidad. Puede ser que de aquellas leyendas y aquellos anhelos se buscase algo que pudiera emular la bebida divina. Y sí, nos lanzamos a fermentar agua y miel, y ¡joder, nos quedó una hidromiel riquísima! Así que, ambrosía no, inmortalidad tampoco, pero me voy a servir otro vaso de este rico brebaje ambarino. ¡Colorea y aprende con Teo!
Y que dos amigos de la infancia se junten y empiecen a elucubrar sobre un proyecto musical, en la zona de la Gascuña francesa tiene que haber sido ayudado con largos tragos de ricas bebidas espiritosas, así que ¿por qué no ponerle como nombre BOISSON DIVINE? Y sí, claro que sí, todas las piezas van cayendo por su sitio: los cantos polifónicos de la zona pirenaica, la lengua gascona, la potente y metálica base, la utilización de los instrumentos folclóricos autóctonos… Y un tercer álbum, “La Halha”, que se va a convertir en uno de tus favoritos. Sí, a todos nos gustan KORPIKLAANI, FINNTROLL, CRUACHAN o cualquier otro que se os venga a la cabeza. Es lo bueno que tienen estas bandas, su capacidad de conectar con los aspectos más primordiales y básicos de nuestra naturaleza y, aunque no entiendas ni una palabra de lo que están contando, te sientes impelido a dar palmas, a danzar, a girar y a beber hasta la extenuación.
BOISSON DIVINE comparten con las bandas anteriores su propuesta, eso es obvio. En cuanto escuchas las primeras notas de “Lo pela porc” ya sabes de qué va el rollo y no puedes parar. Pero a diferencia de los otros, estos muchachos se apegan al folk de su terruño. En ese aspecto me voy más hacia bandas que también hemos tenido suerte de conocer en esta revista y son los compatriotas de HAEREDIUM. Si tenemos tres partes de metal (guitarra, bajo y batería) pero le añadimos instrumentos autóctonos como la flabuta (flauta gascona de tres agujeros), acordeones, la boha (gaita) o la zanfona, pues es que te tienes que enamorar. La parte metálica tiene un gancho brutal, pero es que la conjunción con la parte folk redondea la propuesta y la eleva al nivel sobresaliente. Pero ojo, que la parte vocal es otro de los puntos fuertes de esta banda, por las multiples armonías que engarzan.
“Novempopulania” es un buen ejemplo de ello; escucha como rascan las guitarras, son puto metal; pero escucha como la línea vocal no hace nada más que subir y subir y subir, ¡y como los coros acompañan y redondean una interpretación p-e-r-fecta! ¿Y “Suu camin estelat”? Esa mezcla de fragmentos a capela, de aceleración Punk, el espectacular fragmento instrumental, una auténtica delicia de buen rollo como en los mejores momentos de HELLOWEEN. Y sí, claro que sí, hay arranques netamente metálicos, como en “Xivalier de Sentralha”, pero la fluidez con la que construyen el tema, como vamos de lo metálico a lo folkie, como los solos se suceden y como cuando la electricidad pasa a segundo plano son los instrumentos tradicionales los que llevan la voz cantante… ¡de nuevo p-e-r-fecto! Y por el lado contrario, tenemos el arranque folclórico de “Rei de Sueda” y aquí, sí, aquí si me vuelvo al folk metal francés que conocí con los HAEREDIUM, magistral, emotivo (¡oye, que ni idea de francés, mucho menos de gascón, pero para eso tenemos las letras! – y de todos modos es más lo que se siente a lo que se dice).
¿Y el inicio de “La sicolana”? ¡Joder, suena a que han recuperado cantos populares del Medievo! Luego ya pisamos el pedal del overdrive y el tema coge una dinámica completamente distinta; e imaginaos este tema en un festi guapo; sesenta mil, ochenta mil gargantas cantando y cientos de miles de pies bailando. Sí, ya sé la situación actual y bla, bla, bla, pero con un tema como este es fácil volver a recordar aquellos – buenos y viejos- tiempos. Como con “Abelion”, en la misma línea. “Un darrer cop” mantiene la vibra folk a lo largo de casi todo el tema para meter un par de solos metálicos y no acaba de cuajar. Por fortuna, recuperamos pulso, garra y folkie todo del tirón en el siguiente tema, “Libertat”, y ¡joder, joder, joder! Por tres veces lo digo, porque esta gente de BOISSON DIVINE se lo tienen currado a todos los niveles, pero es que en el aspecto vocal, me tienen ganado. Y para cerrar, “Milharis”: un largo y épico tema para redondear un disco que roza el cielo. Y sí, supongo que por ahí arriba, habrá dioses bebiendo ambrosía y disfrutando de su inmortalidad. Yo prefiero algo más terrenal y disfrutar de una buena copa/jarra/cuerno de hidromiel y deleitarme con algo tan terrenal (¿o divino?) como este disco de los BOISSON DIVINE. ¡Salud!
Puntuación
Nota - 9.5
9.5
Nota
BOISSON DIVINE comparten con las bandas anteriores su propuesta, eso es obvio. En cuanto escuchas las primeras notas de “Lo pela porc” ya sabes de qué va el rollo y no puedes parar. Pero a diferencia de los otros, estos muchachos se apegan al folk de su terruño.