BOLT THROWER (GBR) «In battle there is no law» (Vynil solution, 1988)
Por Luis Martínez
Si hubiese un triunvirato de bandas británicas de metal extremo, está claro que estaría formado por NAPALM DEATH, CARCASS y BOLT THROWER. Sin duda, son las tres bandas que han marcado una época con su música y además han servido de influencia a miles de bandas y obtenido el respeto y respaldo de los fanáticos del estilo. Con una escena británica en auge, con las bandas anteriormente mencionadas llamando la atención de medios y fans, se edita en 1988 y a través de una pequeña discográfica “In Battle There is No Law”, que nos presentaba a unos músicos que estaban obsesionados con el sonido pesado en guitarras y el constante machaque de caja, además todo aderezado con una voz de Karl Willets que se dejaba la garganta con una modulación oscura y ahogada.
La banda ofreció 8 temas llenos de fiereza, guitarras con riffs contundentes y todavía en esta época mucha influencia del Thrash Metal, de bandas como los antiguos SLAYER, SODOM, KREATOR,… pero que perfectamente eran mezcladas con influencias más Hardcore, Punk incluso o algo Grind.
Comienza el álbum con un contundente y rápido, “In Battle There is No Law” que con un buen trabajo de los guitarras de Barry Thomson y Gavin Ward, nos introducen en lo que será la batalla que se va a desencadenar en los 28 minutos que dura el álbum. Ya desde el comienzo con esa especie de marcha militar y esas guitarras chirriantes nos mantienen en tensión para dar paso a un contundente y pesado riff, lleno de cambios de ritmo y que nos deja entrever en lo que en un futuro la banda llegaría a ser. Tema que llega a ser asfixiante por la atmosfera pesada y opresiva que la intensidad lograda al constante amartilleamiento de la batería y las rápidas guitarras. “Challenge For Power”, con una duración corta de apenas 3 minutos, nos atiza con un doble bombo y golpeo de caja a toda velocidad, riff sanguinario y veloz, mucha agresividad y la voz de Karl que queda un tanto tapada por la velocidad e intensidad. “Forgotten Existence” con otros tres minutos de duración, comienza a un tempo lento y pesado, con unas guitarras pesadas y solo inicial, un riff rápido más HC nos introduce de lleno en otro tema muy intenso y directo, para volver a decelerar a riffs pesados y con acompañamiento de doble bombo, muy SLAYER, con una vuelta a la velocidad y un Karl que se deja la garganta con esa voz ahogada pero potente. “Denial of Destiny” cierra la primera parte del disco, un tema muy rápido de nuevo, con mucha influencia de SLAYER a toda velocidad, mucha intensidad y velocidad para el tema más corto del disco con apenas 2 minutos y medio, muchos solos de guitarra agresivos y un estribillo bastante pegadizo,.
Comienza la Cara B del vinilo con “Concession of Pain”, otro intenso y corto tema de apenas llega a los 3 minutos. Aquí otra vez se deja entrever a los futuros BOLT THROWER, con un riff inicial muy machacón y pegadizo, pesado como pocos y que da paso a la velocidad y solos de guitarra, para volver al riff inicial pesado y perfectamente acompañado con la potente voz de Karl.”Attack in the Aftermath” comienza con la contundencia de la batería y la guitarra desgranando un pesado riff, para dar paso a velocidad y agresividad con una voz de Karl que sigue cada patrón de guitarra con verdadera mala uva. Muy buen riff central pesado que nos dá paso a un corto solo de guitarra muy agresivo y volvemos a aplastar cráneos a base de velocidad. “Psychological Warfare”, comienza a medio tiempo con agresivos solos de guitarra y un potente riff que hace que nuestra cabeza no pare de moverse, tras esta introducción, vuelven las guitarras rápidas y la batería que golpea con verdadera saña los parches, para cambiar al pesado riff inicial y terminar en forma de bucle. “Nuclear Annihilation”, cierra el disco, con un comienzo a base de una potente batería y cambios de ritmo, seguidos de violentos solos, un riff veloz y una batería incansable.
Hay que destacar que el sonido en este debut, no es el mejor que pudiesen haber logrado los británicos, la voz de Karl se queda muchas veces emparedada entre la contundencia de las guitarras y el bajo, la batería no llega a estar lo definida que se podría desear y su forma de tocar es por momentos demasiado repetitiva, las guitarras que para 1988 mostraron una tonalidad baja, muy poco frecuente en esos años, hacen que, pese a marcar un estilo que continuarán en el futuro, no sean lo nítidas por momentos se requiere. Esto se nota, cuando la banda descarga a toda velocidad y no se llega a apreciar bien cada instrumento o voz.
“In Battle There Is No Law” fue un comienzo esperanzador, mostrándonos una banda que ofrecía un sonido muy pesado, no habitual en 1988, una afinación baja para la época y sobre todo una obsesión por la temática bélica que en siguientes álbumes no hizo sino confirmar todo esto que aquí se empezaba a entrever. No es el mejor álbum de BOLT THROWER, la producción le restó puntos, y las influencias iniciales tan marcadas todavía no les dejaron desarrollar su propio estilo, que con los siguientes álbumes quedó perfectamente reflejado.