[CRÍTICAS] CHILDREN OF BODOM (FIN) «I worship chaos» CD 2015 (Nuclear Blast Records)
Por: Lluís "DiMu" García
Han pasado ya dieciocho años de la irrupción en la escena metálica de unos adolescentes procedentes de la gélida Finlandia, bajo el nombre de CHILDREN OF BODOM, con un sorprendentemente fresco “Something Wild”, que mezclaba con gran talento y descaro la brutalidad del Death Metal, la velocidad del Power Metal y un aroma neoclásico melódico, impropio de un grupo de su edad y experiencia. No contentos con esto, formaron una trilogía discográfica espectacular con la suma de sus dos siguientes obras: “Hatebreeder” y “Follow The Reaper”, que les convirtieron, merecidamente, en uno de los grandes.
Su siguiente disco, “Hate Crew Deathroll”, mantuvo el listón bastante alto, pero quizás comenzó a dar ciertos síntomas de fatiga a nivel compositivo, algo que confirmaron durante los siguientes años con resultados algo desiguales. De esta forma, “Are You Dead Yet?”, “Blooddrunk” y “Relentless Reckless Forever”, tuvieron una acogida más fría por parte de la crítica especializada y el público, entre el que fueron perdiendo popularidad. El sonido y calidad compositiva de Alexi Laiho y compañía parecía no ser el mismo que antaño, y con “Halo Of Blood” volvieron a recuperar el espíritu original de la banda, del que parecían alejarse, a pesar de no alcanzar el nivel que sí han logrado con este nuevo álbum.
Ya desde el principio quedan muy claras las intenciones de los fineses con “I Hurt”, con una entrada muy progresiva y una base Thrash Metal en cada riff de Laiho, encargándose de toda la grabación de las guitarras. Añadimos un estribillo potente, muy thrasher, ideal para el directo en los que seguro no va a faltar. Sigue la contundencia con “My Bodom (I Am The Only One)”, para el que no solo estamos listos, ante la pregunta de Alex, sino que estamos deseosos y encantados de la vuelta de la Bestia. Mención especial para el momento headbanging que precede al duelo marca de la casa entre las cuerdas de Laiho y los teclados de un Janne Wirman en estado de gracia. “Morrigan” podría estar perfectamente en cualquiera de sus primeros discos y nos brinda unas melodías tan reconocibles que nos transporta a su mejor época.
La base rítmica del grupo, con la tralla del bajo de Henka Seppälä y el machaqueo de los parches de la batería de Jaska Raatikainen marcando el tempo, nos ofrecen una brillante muestra del Death Metal melódico del que hacen gala en “Horns”. Bajamos las revoluciones, que no la intensidad, con la oscura melancolía que transmite “Prayer For The Afflicted” antes de volver a la caña con el tema que da título al álbum, “I Worship Chaos”. Un cañonazo de Thrash Metal, con el aporte sinfónico que Wirman aporta al sello de la banda y un estribillo que nos empuja a levantar el puño. De lo mejor del trabajo.
A golpe de baqueta llega “Hold Your Tongue”, en la que Laiho vuelve a atacar con otro de sus riffs asesinos que tanto le gustan. La vena más extrema cobra protagonismo de nuevo con la excelente “Suicide Bomber”, una apisonadora sonora no exenta de la muestra del virtuosismo que atesora cada uno de los miembros de la banda. En compensación a la tormenta sonora de la que acabamos de ser testigos, llega el turno para la calma relativa de la agresividad sentida de “All For Nothing”, en la que Janne sigue ganando protagonismo retando a las cuerdas de su compañero, y amigo, Alex. Una delicia. “Widdershins” cierra la edición sencilla del disco, con un tema algo más deslucido que el resto del conjunto pero que deja como legado unas guitarras afiladas como cuchillas de afeitar.
Como extra, nos llegan tres covers que completan la edición especial de este excelente “I Worship Chaos”, dando rienda suelta a la afición del grupo por versionar temas de otros artistas. El Punk macarra del “Mistress Of Taboo” de los ochenteros THE PLASMATICS, el famoso “Danger Zone” de Kenny Loggins de la banda sonora de la película “Top Gun”, y el guiño a una de sus influencias y compatriotas AMORPHIS con “Black Winter Day”, cierran este nuevo lanzamiento, con una costumbre que encontró su culmen en el disco de versiones “Skeletons In The Closet”, en forma de tributo a músicos tan dispares como BILLY IDOL, ALICE COOPER, IRON MAIDEN, SCORPIONS, W.A.S.P., SLAYER, SEPULTURA o, incluso, BRITNEY SPEARS. Un gran álbum para celebrar que los mejores CHILDREN OF BODOM están de vuelta para rendir culto al caos.