[CRÍTICAS] ZAKK WYLDE (USA) «Book of shadows II» CD 2016 (Spinefarm Records)
Por Lluís García Sola
Con personajes ilustres de la historia del rock y del metal como lo es el señor ZAKK WYLDE sobran las presentaciones, pero por si hay algún despistado en la sala vamos a introducirlo brevemente. Amo y señor de las seis cuerdas durante muchos años en OZZY OSBOURNE (¿Quién es capaz de resistirse a esos maravillosos riffs de guitarra como el de “Miracle Man?) y líder de su banda BLACK LABEL SOCIETY, editó hace la friolera de dos décadas su primer trabajo en solitario “Book Of Shadows” del que ahora nos llega su sucesor. Olvidaros del rock más cañero o del metal más afilado en ambos álbumes, pero disfrutad de todo el talento y el lado más íntimo del estadounidense de prominente barba.
Los melancólicos rasgueos de “Autumn Changes” nos deja claro des del principio que esto es otra cosa, mucho más relajada y personal, pero en el que tanto la calidad instrumental como vocal de Wylde brilla con luz propia. “Tears Of December” ataca directa al corazón, con una suave melodía que nos abraza en su estribillo y desata la pausada energía de su solo de guitarra, al igual que nos enamora con el sentir de “Lay Me Down”. Su alma más blues sale a relucir en “Lost Prayer”, con un solo eléctrico y veloz cual reflejo de todo el sentimiento que alberga el compositor en su interior.
“Darkest Hour” nos empuja por un instante al lado más oscuro, triste y denso de su música, con una guitarra eléctrica que parece llorar a la vez que intenta escapar del sonido del piano que nos acompaña durante prácticamente todo el corte. Brillante. Sin embargo en “The Leeve” somos testigos de su faceta más sureña, ideal para cerrar los ojos y darnos envolver por su suave melodía, al compás marcado por su inseparable acústica. En “Eyes Of Burden”, tras una breve introducción marcada por el piano, subimos apenas unas décimas la velocidad, sin dejar la intensidad y la sombría caricia de la grave voz de Zakk.
Llegamos al ecuador del trabajo con el punteo de guitarra de “Forgotten Memory”, al que le sigue, de nuevo, las lágrimas de la preciosa “Yesterday’s Tears”, que una vez más nos empuja a buscar refugio en el abrazo de sus acordes. Preciosa. Como también lo es (agri)dulce melodía de “Harbors Of Pity”, en la que el talentoso músico nos entrega otro solo de guitarra marca de la casa. Lento, sin prisa ni pausa, pero intenso y sentido, directo del corazón y lleno de sentimiento. Algo constante en todo el álbum, de principio a fin.
“Sorrowed Regret” nace suavemente, como si la guitarra nos acompañará a dormir, a cerrar los ojos, en busca de la paz que nos proporciona el hogar, y del que solo despertaremos en los agudos gritos del heavy solo guitarrero marca de la casa. En “Useless Apologies” Wylde nos habla de esas disculpas que a veces recibimos, tan innecesarias como inútiles, pero que tan poco le hacen falta pedirnos en un disco de este calibre. Como primer adelanto nos llegó la excelente “Sleeping Dogs” y su acento sureño, con ese sonido eléctrico del solo de guitarra tan personal del americano, y un estribillo simple, honesto y embriagador. Marca de la casa. Y desgraciadamente, toca despedirnos, decirle adiós a una composición brillante, entre dulces teclados, hipnotizadora voz y una guitarra desgarradora capaz de atravesar el alma.
Poco más que añadir, y es que no merece la pena seguir expresando con palabras todos los sentimientos y sensaciones que despierta en el oyente este “Book Of Shadows 2”. Es una obra (de arte) que merece disfrutarse sin prisas, sin distracciones, a poder ser bajo un manto de estrellas, en la oscuridad que apenas rompa una hoguera en algún lugar perdido y alejado de lo que llamamos civilización. Como imagino que, como a mi, a la mayoría de vosotros os será imposible disfrutar de este compacto en un entorno como el que acabo de describir, os invitaría a acercaros a cualquiera de las ciudades donde ZAKK WYLDE nos brindará sus próximos concierto en nuestro país. Aquí no importa si os gusta el rock, el metal o el folk, aquí lo único que prima es que de verdad sintáis este maravilloso arte llamado música. No es para todos los públicos pero sed bienvenidos y dejaros embriagar por su sensible riqueza musical. Imposible destacar un corte por encima del otro cuando todo suena tan perfecto… Y no le pongo un 10 porque nada es perfecto, a pesar de rozar la excelencia. Gracias Zakk.