ELEGIS (POL) «Kultus»

Los extremos y blacker´s ELEGIS, noruegos que pronto celebrarán 10 años de vida, lanzan una joya de la bestialidad impura clásica Death: “Kultus”, segundo L.P. que es un compendio de 8 himnos apoyados en una gran instrumentación y una batería salvaje, bien utilizada como estandarte de un sonido poderoso.

La apertura con “Apollyon Ave” nos sume sin dar respiros en un ambiente cargado de solemnidad y muerte, con una lenta ejecución de cada instrumento, en un tiempo leve, nos sumerge en aguas negras, donde la banda al completo es un puño que una garganta podrida se encarga de fusionar. Pero eso es un tramo, porque ya con “I am a shadow of thorns” cambia el ritmo y una densa locura se lanza con las fauces abiertas, con tramos de corta distancia donde las guitarras tiran breves riff´s supurantes y sugestivos. La carga de violencia es constante, y crece en las próximas canciones, donde las composiciones se hacen más complejas, y si bien ya no estamos dentro de una línea tan clásica, los laberintos donde se meten con cambios de ritmo y sonidos, hace que “Luminous Pantheon” y “Aeon Omega” parezcan extraídas de las mismas tripas corroídas de un infierno Extremo.

Sin embargo “Kultus” nos pone en otra tesitura, más lenta, con una larga introducción que más que terror induce cierta resignación ante un evento inevitable. Las melodías de los tramos intermedios de las canciones, donde cualquier otra banda hubiera puesto un solo virtuoso, ELEGIS opta por alimentar el éxtasis sonando limpio, contundente y bien ejecutado. Entonces entra la garganta y se lleva puesto toda esa lenta ambientación. Brillante y remarco aquí cuando al principio de la reseña puse “himnos” en lugar de canciones.

El último tramo compuesto por “Deus Arcana” “Havoc” y “Anthem to the dead ones” termina de confirmar el concepto elegido por la banda para crear una ascendencia más bien espiritual y poética, acompañada de la brutalidad digna de un Black referencial a sus más primigenios orígenes, cada detalle está en su sitio, las orquestaciones son para oídos entrenados, y la interpretación de las canciones es seca y contundente. Como si fuera un libro de invocación a espíritus inquietos en el Otro Lado. Remarco sobre todo los buenos juegos de sonidos profundos y ásperos, para generar esa inquietud que llena tanto a nivel técnico y que opta por resaltar la banda en su conjunto más que por pequeños destellos individuales.

“Kultus” sigue en la línea de este 2020 que nos entrega (además de decepciones terribles por la carencia de shows) una buena tanda de discos que siguen tributando al más clásico sonido anti sistema, pero con las ventajas de una tecnología que bien aprovechada hace indispensables trabajos como el de ELEGIS.