Críticas - Clásicos

FUNEBRE (FIN) «Children of the scorn» (Spinefarm, 1991)

Por Daniel Ureña Cruz

Volvemos a la carga con otro de esos álbumes clásicos e imprescindibles, aunque en esta ocasión el caso es particular, pues a pesar de pertenecer a una banda de culto y sumamente venerada dentro del death metal europeo, el conocimiento sobre la misma es muy limitado, casi exclusivamente reservado a fans que están dentro, y muy dentro, de la escena underground. Pero nunca es tarde si la dicha es buena, como bien se sabe, y aquí recuperamos este trabajo tan individual y personal de una formación que, para desgracia, ha quedado relegada a un plano inferior con respecto a otros sonidos del mismo corte. Es hora de hacer resurgir a este álbum de las más absolutas tinieblas donde fue relegado y otorgarle el puesto que se merece, tal y como intentaremos hacer con la formación que lo trajo al mundo.

FUNEBRE es una banda procedente del frío y lejano país de Finlandia (una de las pioneras), cuna de sonidos extremos a nivel europeo junto a Noruega, Holanda y Suecia. Aparentemente parecen una banda de old school más, pero nada más lejos de la realidad. Esta es una formación y este es un álbum, “Children of the Scorn” al que se puede sacar mucho jugo. Su sonido está entroncado entre lo primero del death finés junto a DEMILICH, DISGRACE o ABHORRENCE, bandas igualmente míticas dentro de la escena, y su producción musical no es tan prolífica como la de muchos compatriotas (de hecho, es escasa), pero nada de eso hace falta teniendo semejante trabajo de estudio en su discografía, el que nos ocupa. El resto de producción la componen dos demos, un EP y un split junto a otras bandas old school de calibre grueso.

Diez cortes forman esta oda al horror. Diez cortes llenos de sorpresas, más allá incluso de la propia faceta musical como banda. Con “Waiting for Arrival” comienza un brillante trabajo que denota claramente la prevalencia de las baterías y los riffs fríos con toques que bien podrían pasar por doom metal (campanas incluidas). “Sinner’s Eve” es el tema encargado de continuar la oscura fiesta sonora, destacando por encima de todo unas guitarras incisivas con tiempos vacíos (muy tónico en FUNEBRE), sonidos que fueron recuperados con gran acierto por la banda nacional AVULSED en su flamante “Eminence in Putrescence”, para cuya voz Dave Rotten consiguió un registro muy cercano al de Jari Heinonen (que sigue manteniendo con gran acierto a pesar de haberse endurecido).

“Blood on White” es, con toda seguridad, el tema más especial del disco: su comienzo proviene de la OST de la película italiana de terror, dirigida por Lucio Fulci, “Paura nella città dei morti viventi”, y solo por eso se demuestra la estrecha relación existente entre el cine de terror underground y el death metal más clásico (existen multitud de referencias similares, por ejemplo, destacando la de ENTOMBED con su particular y soberbia versión de la OST de “Phantasma”. Además, el nombre del álbum que nos ocupa tiene descaradas relaciones con la película “Children of the Corn”, basada en la historia de Stephen King). Con respecto a este tema, instrumentalmente hablando es impecable y llega a niveles de oscuridad mayores a los que antes hemos escuchado en el recorrido del álbum, lo que igualmente le hace destacar, como ocurre con el siguiente corte, “Shiver”.

Con “Congenital Defeat” entramos de lleno en uno de los temas más rápidos del largo. FUNEBRE deja de manifiesto que es una banda impecable tanto en rítmica pausada como rápida, como aquí se demuestra, con un sonido más cercano al death americano que al europeo. Como dato importante, apuntar que la banda surgió con aspiraciones de llegar al nivel sonoro de MORBID ANGEL o DEATH, pero se incluyó en su sonido la pesadez y dureza del death del viejo continente, tan característico en sonido que las distorsiones igualmente aquí utilizadas son de un aspecto rancio, sucio y caótico.

En “Walls that Held Screams” asistimos a un comienzo death-doom, calibrado con unos punteos de guitarra y baterías lentas que incluyen tiempos cortos. No obstante, pronto entra en juego la dureza de la que hace gala la banda, con un sonido cercano a DERANGED en su ya mítico e imprescindible EP “Architects Of Perversions” (nuevamente con portada de terror, esta vez a cargo del director gore americano Frank Henenlotter en su obra “Brain Damage”), para pasar incluso a rítmicas propias del brutal death técnico, como ocurre igualmente con “Slumber End”, aunque en esta ocasión la esencia sea más próxima al death clásico.

La tónica instrumental y ambiental la pone “Spirits Bewail”, el tema de menor duración del álbum.

La recta final la componen dos cortes muy destacables del plástico: “Redeemed From Time” y “Grip of Insanity”. En ellos se reducen al minimalismo todos los aspectos que brillan dispersos a lo largo del álbum, especialmente una instrumentación cañera que define el old school. Es la mejor manera de cerrar un álbum impecable y, sobre todo, imprescindible para cualquier coleccionista y fan del metal extremo. Ya era hora de reclamar la importancia de una banda olvidada y de un trabajo capital en la historia del death metal. Era hora de incendiar los oídos con fuerza clásica, el poder de la velocidad en la música y los puentes que se tienden entre las escenas americana y europea. Era el momento de hacer volver a la vida a FUNEBRE y desligarla del significado de su nombre.

 

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