“O Theos, O Basileus” es una expresión griega que nos ofrece la dicotomía entre el poder divino y eterno y el físico (el del rey) y temporal. Vamos, el tema recurrente de las eternas luchas intelectuales entre zelotes y fariseos a las palabras del nazareno aquel, aquel social-comunista, hijo de un carpintero, que proclamaba el amor y la hermandad entre todos los hombres. ¡Colorea y aprende con Teo! (que no Theo, del griego θεὀς, dios).
Como viene siendo habitual, la gente del Black (a pesar de su anatematizante posición en contra de las religiones organizadas) es la que más conoce a su enemigo. Si le unimos la creatividad de los músicos implicados y el respaldo de un sello como Les Acteurs de l’Ombre, ¿qué tenemos? Pues otro discazo, titulado con la expresión griega de la que hablaba al principio. ¿Y los progenitores? Los franceses GRIFFON. Que de primeras, así para empezar, nos abren con “Damaskos”, majestuosa, etérea cuando tiene que serlo, porque cuando arrancan con la agresividad, Kryos se desata como un baterista muy, muy versátil; Antoine y Sinaï como dos guitarras que saben tocar y que pueden dominar todos los registros, los más oscuros, los más thrashys, los solos melódicos… “L’Ost Capétien”, el siguiente tema, aborda una serie de subidas y bajadas de tempos y de ambientes, con intervenciones de teclados, recitativos en latín, con un regusto a BEHEMOTH, que… ¡hmmmm, delicioso!
Y no hay nada malo en ello que aparezca el nombre de los polacos por aquí, porque no creo que haya una banda del estilo más en forma que ellos. Ya los he visto en unas cuantas ocasiones y es muy, muy difícil llegar al nivel de BEHEHOTH. Pero no os creáis que los franceses son una copia de una copia de otra copia de… Y, como dando un puñetazo en la mesa, y reclamando su propia identidad y creatividad nos llega “Régicide”, un tema de esos que avanza elegante y crujiente, pero que en seguida comienza a mostrar un repertorio de recursos creativos de GRIFFON que demuestran que: punto 1, han mamado Black Metal desde retoños y punto 2, que tocar siempre lo mismo es aburrido; ergo, punto 3 y conclusión, vamos a ampliar y romper los límites del estilo. En esa misma línea compositiva desarrollada en el tercer tema, nos encontramos con “Les Plaies du Trône”, Black de última generación, no la aburrida vomitona trallera y sin sentido. Acelerones que te disparan las pulsaciones del corazón, parones, fragmentos etéreos, guitarras cristalinas, nueva tormenta decibélica, pasajes más melancólicos y oscuros…
“Abomination” nos seduce con una línea de piano que bien podría haber firmado Chopin, para adentrarse en un tema de riffs metálicos que caminan regios acompañados por unos potentes coros. Un largo e intrincado desarrollo que nos lleva a puntos álgidos armados a la perfección sobre las guitarras y la batería. “My soul is among the lions” tiene ese inicio chirriante y tenso que te mantiene en vilo hasta que por fin arranca y te sumerge en un temazo, con unos arreglos orquestales que van doblando las melodías principales y un amalgama orquestado de un modo matemático de coros, de vientos y de guitarras que funciona como una actualización del estilo. No innovadora, pero sí gratificante y necesariamente fresco. Un breve interludio llamado “…Et praetera nihil” nos lleva al tema de cierre, “Apotheosis”. Una nueva demostración de la capacidad de los franceses (esa voz monotónica que aparece y desaparece, da miedo). Lo llevan a esos medios tiempos sobresaturados de melodías, con la voz en cuello para dejar unas guitarras desnudas que van cerrando el disco.
Aquí no estamos para discutir sobre si el reino que ha de venir es de dios o del rey. Pero lo que está claro es que la nueva escuela del Black francés no hace sino ofrecernos delicias como éste “O Theos, O Basileus”. Y, todavía no, esta banda todavía no son reyes; pero hay gente que ha nacido para reinar y se les ve a la legua. GRIFFON lo saben, ¡Vaya que si lo saben, y están en la dirección correcta!
Puntuación
Nota - 8.5
8.5
Nota
Aquí no estamos para discutir sobre si el reino que ha de venir es de dios o del rey. Pero lo que está claro es que la nueva escuela del Black francés no hace sino ofrecernos delicias como éste “O Theos, O Basileus”. Y, todavía no, esta banda todavía no son reyes; pero hay gente que ha nacido para reinar y se les ve a la legua. GRIFFON lo saben, ¡Vaya que si lo saben, y están en la dirección correcta!