LES CHANTS DE NIHIL (FRA) «Le Tyran et L’Esthete»
Les Acteurs de L'Ombre Productions, 2021
Nihil obstat es la expresión latina que significa “nada obstaculiza” o “nada se interpone en el camino”. Un sello muy agradecido que se grababa en los libros antiguamente. Básicamente es la aprobación oficial que te daba un censor de la Iglesia Católica a que tu libro fuese publicado, pues no atentaba contra la moral o la doctrina. ¡Colorea y aprende con Teo!
Bien es cierto que los tiempos han cambiado y que la Iglesia… La Iglesia… con el nuevo Papa Francisco I… Bueno, que, antiguamente, la Iglesia era la que determinaba si algo era bueno para el alma, el espíritu y los cuerpos de los buenos hombres temerosos de Dios. Ya sabemos que los que más saben de los pecados de la carne y de las tentaciones del alma son los curas, de las acechanzas del Maligno y… ¡Venga, hasta luego! ¡Jajajajá! Una de las claves fundamentales del Black Metal fue precisamente esa: la lucha abierta contra la hipocresía de las religiones organizadas en general y del Cristianismo en particular. Así que metámonos en harina de la buena con los franceses LES CHANTS DE NIHIL. ¿El sello? El omnipresente, ubérrimo y magnifico Les Acteurs de l’Ombre. Doble garantía de por vida. ¿Y el álbum? “Le tyran et l’esthète”, recién salido del horno.
“Ouverture” nos comienza adentrando en la ominosa atmosfera de la banda (que viene del sello Les Acteurs de l’Ombre; ya sabemos que esto no va a ser muy funky que digamos). Un inicio a lo SLAYER, ese crescendo amenazador y cuándo piensas que va a estallar la arrancada a toda velocidad, se detienen quedando tan sólo una cansada guitarra rasgando acordes. Ahora eso sí, cuando entra “Entropie des conquêtes éphémères” esto sí es el pandemonio sonoro. Baterías abrumadoramente rápidas, técnicas, blast beats a saco (y se oyen todos los juegos que hace con los platos el animal de Thomas). Las guitarras vuelan a velocidad incendiaria, tremolo picking por toneladas, pero complejas y enloquecidas melodías por doquier, como si Paganini hubiese dejado su violín y se hubiese pasado a las seis cuerdas. Coros majestuosos combinados con el growl y el shriek. ¿Pero qué mierda más maravillosa es ésta?
Como para confirmar que no estás ante una banda de BM al uso, LES CHANTS DE NIHIL te van a sorprender con el inicio de “Ma doctrine, ta vanité”. Y no solo con el comienzo, sino con la vigorosa y pulsante presencia del bajo de Öberkommander, los adornos de esos acordes discordantes. Una banda totalmente engrasada que va a muerte en cada tema. Parece mentira que se pueda ser tan intenso y tan… inefable, apabullando en cada detalle, en cada giro, en cada evolución. “L’adoration de la Terre” se arrastra más experimentalmente, pero manteniendo la identidad de LCDN con un tema que te va a encantar o te va a exasperar. Eso sí, la segunda parte orquestada es una delicatesen. Y sin bajar intensidad, siguen con “Danse des mort-nés”. ¿Pero qué les pasa a estos franceses? Desesperados, se lanzan a un largo tema con pinceladas de Prog (dentro de la dinámica del Black), cogiendo lo mejor de cada casa, de MAYHEM, de EMPEROR… ¡Y qué bien suena el BM en francés! Sólo por temas como este me pondría a estudiar la lengua de Molière.
Inicio redoblante y militar para el tema título. Otros ocho minutos y qué tonalidades de guitarra, qué color, qué melodías, qué coros más majestuosos doblando las voces limpias. Y no bajan de intensidad; ni un paso atrás ni para coger carrerilla. Absolutamente devastador. “Ode aux résignés” entrelaza preciosistas melodías y un medio tiempo de una belleza realmente evocadora, y aunque entre en la furibunda andanada Black, es lo que tienen los músicos de este género: su asombrosa capacidad de dotar a las composiciones de ese delicado equilibrio entre lo decadente, caótico y ruidoso con lo excelso, bello y melodioso. “Lubie hystérie” abre desde el principio con mala leche e intenciones asesinas (¡y no se cansan los gabachos éstos!). Abruma la progresión de acordes tocados a toda pastilla, enrevesados y enlazados unos con otros sin descanso. Abruma el bajo, abruma la batería, abruma la música… pero enamora, también hay que decirlo. «Sabordage du songeur” es otra muestra del buen hacer de LCDN: tonos raros y discordantes, composiciones no lineales (que siempre es de agradecer), sonido poderoso y nítido, más Black que el Black cuando así se requiere acompañado de los coros grandilocuentes (que para cerrar el álbum, te lo dejan en todo lo alto).
Nihil Obstat, nada obstaculiza, nada impide. El Black nació de eso, de la lucha contra la censura eclesiástica, de los Nihil Obstat, pero se extendió a todos los ámbitos, a lo social, a lo artístico, a lo moral… Y LES CHANTS DE NIHIL son la prueba fehaciente de que, tropecientos años después de la irrupción del género, aún hay un afán por ir más allá, por explorar los límites, por remozar un género estilísticamente difícil y elevarlo a la excelencia. La Iglesia, como es obvio, no les pondría el dichoso sello, pero desde estas páginas lo tienen porque son imparables. Nihil Obstat Summa Cum Laude.
Puntuación
Nota - 9
9
Nota
Nihil Obstat, nada obstaculiza, nada impide. El Black nació de eso, de la lucha contra la censura eclesiástica, de los Nihil Obstat, pero se extendió a todos los ámbitos, a lo social, a lo artístico, a lo moral… Y LES CHANTS DE NIHIL son la prueba fehaciente de que, tropecientos años después de la irrupción del género, aún hay un afán por ir más allá, por explorar los límites, por remozar un género estilísticamente difícil y elevarlo a la excelencia.