
Sé que soy un nostálgico abuelo cebolletas, pero no puedo evitarlo. Los más jóvenes no podéis imaginar la sensación de los viejos tiempos cuando descubríamos música nueva a base de intercambiar cassettes con amigos europeos o americanos o a consta de dejarte una pesetas comprando a distribuidores o pequeños sellos que luego se hicieron muy grandes…
¿Y a qué viene esto? Pues relacionado con LOUDBLAST, la primera vez que los escuché fue a través de una cassette que me grabó un tape trader francés. En concreto su demo “Ultimate Violence” de 1986, una impresionante demostración de alucinante Death Metal muy Thrash de la época. Luego vino el split con AGRESSOR, titulado “Licensed To Thrash” de 1988. Y luego algunos discos realmente impresionantes.
A partir del “Fragments” de 1998 les perdí un poco la pista, por saturación de ediciones, bandas y sellos, aunque me puse un poco las pilas con ellos hace un par de años. Buena discografía en general.
Pero vamos con “Altering Fates And Destinies” su más reciente grabación. Un disco que muestra una evolución sorprendente y esperable, aunque en mi caso, no deseada.
Me explico: no es que yo quiera que bandas que llevan más de 30 años juntos sigan tocando exactamente lo mismo que me gustaba en aquellos años. Es lógica una evolución y una mejoría en composiciones y en ejecución.
Y eso es exactamente lo que ha pasado con LOUDBLAST. De hecho me hace gracia que ahora se les publicita como una banda de Metal, a secas. En general ha desaparecido la etiqueta ‘Death’ o ‘Thrash’ en muchos sitios.
La verdad es que esto sigue siendo Death/Thrash Metal como el que han hecho siempre, pero algo más progresivo y con un sonido moderno y fresco. No me desagrada, pero tampoco me vuelve loco.
Técnicamente casi perfecto, con una producción digna de banda grande y con unos musicazos como la copa de un pino. De la formación original solo queda Stéphane Buriez, con el cual me escribí varias veces en los ’90. Y digamos que ha sabido mantener una línea similar en cuanto a composición de los temas, aunque modernizando el estilo.
Siguen manteniendo ese tufillo a primeros ‘90’s de bandas como MASSACRA, PESTILENCE, THANATOS o MERCYLESS, pero como ya he comentado, con mejores temas, una producción de vértigo y una técnica que da gusto.
La buena mezcla de ritmos y estructuras de puro Thrash y del Death Metal que tocan hace que el disco sea muy dinámico y su intensidad hace que se te pase rápido y sea bastante entretenido.
LOUDBLAST no aportan mucho más que lo que han hecho en sus últimos trabajos, pero… ¿para qué necesitas más?

Valoración
Portada - 8
Música - 7
Sonido y producción - 8
7.7
Nota
Siguen manteniendo ese tufillo a primeros ‘90’s de bandas como MASSACRA, PESTILENCE, THANATOS o MERCYLESS, pero como ya he comentado, con mejores temas, una producción de vértigo y una técnica que da gusto.