OCEANS (AUT) «Hell Is Where The Heart Is Vol. I Love»
Nuclear Blast Records, 2022
De las pasiones humanas, sin duda, la más importante, sobre la que más se ha escrito y teorizado, la más compleja y, a la par, la más sencilla, es el amor. Pero, para este que os escribe, una de las más certeras descripciones se encuentra recogida en un soneto de Lope de Vega, el Fénix de los Ingenios. La cadencia, el ritmo, el perfecto equilibrio de emociones contrapuestas a lo largo de esos catorce versos, me parece una de las cumbres del intento humano de describir algo tan inefable como el amor. ¡Colorea y aprende con Teo!
Y es que “Desmayarse, atreverse, estar furioso, / áspero, tierno, liberal, esquivo, / alentado, mortal, difunto, vivo, / leal, traidor, cobarde y animoso,” son sólo algunas de las mil caras que tiene esa emoción. Y si bien John Paul Young nos recordaba aquello de que “Love is in the Air” y todo es maravilloso, en plan “arcoíris y unicornios”, el amor, oh, niños y niñas, tiene esa parte oscura y dolorosa. Y así comenzamos un rápido viaje en forma de EP de los OCEANS. Publicado en este año, “Hell is where the heart is, Pt. I: Love” es un nuevo trallazo de esta banda que deambula en esa incierta franja de estilos indeterminados. ¿Son Post Metal, son MetalCore, son la nueva esperanza? Lo que es cierto es que son una de las bandas más interesantes de la actualidad y este trabajo es una nueva prueba de que hay que tener las orejas bien enhiestas a todo lo que publique este combo. Su último larga duración, “The Sun and the Cold” data de 2020 fue un trallazo de aúpa que desdibujaba las fronteras entre los distintos estilos. Ahora vuelven a la carga con este EP, que abre con “Love (intro)”, un ominoso recitativo que nos recuerda, como Lope de Vega, los varios efectos del amor.
“The Awakening” comienza como un apabullante hostión de guturalidad, para convertirse en una pieza que nos recuerda la calidad de la banda, capaces de combinar las partes más salvajes y sónicamente insoportables con las de una musicalidad exquisita y reflexiva. Y la voz de Timo Schwämmelin sigue siendo una maravilla, recorriendo el tortuoso camino entre la guturalidad de Glenn Benton y las acariciantes y psicóticas síncopas de Jonathan Davis. Y de repente, como declamaba Lope de Vega en su soneto, “beber veneno por licor suave”, estalla “Sulfur” que se acerca a los derroteros más en la línea enloquecida y desquiciante de unos SLIPKNOT. Porque incluso los de Iowa nos lo decían en un tema de igual título: “There’s something inside me that feels like breathing in sulfur”. El tema es un estallido colérico que luego deriva hacia un medio tiempo que engancha y te revuelve las entrañas en una montaña rusa emocional. “Skin” cierra la entrega con un nuevo y desesperado ataque. Quizá otra de las descripciones más preciosistas que he encontrado de las emociones que nos embargan está en la opera prima de Laura Esquivel, “Como agua para chocolate”: “… y sus ojos se encontraron con los de Pedro. En ese momento comprendió perfectamente lo que debe sentir la masa de un buñuelo al entrar en contacto con el aceite hirviendo.” Oh, niños y niñas, decidme que no os habéis sentido así alguna vez en vuestra vida.
Y sí, es así, el infierno es dónde está el corazón, como reza el título de este EP de OCEANS. Porque retomando el soneto de Lope de Vega, el amor también es “creer que un cielo en un infierno cabe” y apenas en un cuarto de hora, la banda desgrana un potencial increíble, una visión musical y una ambición que parece no tener límites ni restricciones estilísticas. Esto es simplemente otra prueba de que la banda está a punto de encumbrarse como una de las referencias actuales. ¿Para cuando el próximo larga duración?
Puntuación
Nota - 8.9
8.9
Nota
Esto es simplemente otra prueba de que la banda está a punto de encumbrarse como una de las referencias actuales. ¿Para cuando el próximo larga duración?