OMNIPOTENCE (CAN) «Praecipitium» CD 2018 (Iron Bonehead)
Por Cesar Luis Morales
¡Vaya, vaya! Lo que son las cosas. En los últimos meses, desde que he empezado a escribir reviews para esta revista, uno va descubriendo un montón de bandas y de buenos discos, y, de repente te das cuenta de que existen determinados sitios en los que la escena musical es un hervidero de bandas. Como ya he dicho en alguna otra review, todos sabemos que Polonia es un centro neurálgico del metal extremo, al igual que lo fue en su momento Florida o Noruega. Pues resulta que Canadá también lo es. Últimamente, he descubierto que allí también hay una escena musical y vaya escena. Revisad, si os place, las reviews de OUTRE TOMBE o de TECHNICAL DAMAGE, y veréis lo que se cuece allí.
Del mismo modo que en la complaciente Noruega de los 90’s había un grupo de jóvenes airados que reventaron y reinventaron la escena del Black Metal, desde la beatífica Canadá nos está llegando una nueva y refrescante andana de bandas que han dado un golpe en la mesa y han llamado nuestra atención hacia los sonidos retorcidos que salen de allí. ¡Oh, sí, Canadá! Una excelente calidad de vida, un gobierno sin apenas corrupción, una de las diez economías más importantes del mundo… Pero vamos, que esto no es un estudio socio-económico de Canadá. ¿Oh, sí? Lo digo porque también era una sociedad idílica la de Noruega de los años 90s y mirad lo que salió de allí. Pues con Canadá está ocurriendo algo así. Hay un montón de bandas de estilos extremos que están saliendo de allí, quizá como reacción a la autocomplaciente sociedad. Y OMNIPOTENCE no son una excepción.
Formados allá por el 2015, con la formación clásica de dos guitarras (uno de ellos el voceras), un bajo y una batería, publican a través de IRON BONEHEAD PRODUCTIONS su primer larga duración, “Praecipitium”, un denso estudio sobre el Blackened Death Metal.
“Paths to Oblivion” abre el disco como buena declaración de intenciones: potente, con esos riffs a medio tiempo tejiendo un entramado melódico, pero igualmente vicioso y retorcido pasando al ataque a toda pastilla doblando guitarras, saltando del melódico Black Metal al acelerado Death con la cadencia de un tanque Sherman. Siguen asaltando con “Composite Forms of Sound and Thought”, donde te clavan un riff principal que es como tener metida la cabeza en un avispero con las inquilinas cabreadas. Siguen con “The Emptiness that breathes” con un inicio más Black Metal y melodioso, y siguen y siguen y siguen, con “Lethiferous”, para finalizar con “Beyond the Boundaries of Being”, el tema más largo del repertorio. El asalto sónico es continuo. Todo ello cuenta con una grandísima producción, donde el disco mantiene una estructura sólida como una pared de hormigón, sobre la que articulan toneladas y toneladas de riffs retorcidos y maléficos.
La banda se ha marcado un discazo donde han tamizado las influencias del Black y del Death Metal de los noventa. Tampoco inventan nada nuevo, pero es bueno comprobar determinados discos, como este “Praecipitium”, para ver el estado de salud de los estilos más extremos. Del mismo modo nos sirve para descubrir nuevas escenas musicales y ver como se respira y tomar el pulso de dicha escena, por muy beatífica que sea la sociedad en las que están encastradas, verbi gratia, la canadiense.
Todo el disco deambula entre el Black Metal y el Death. Del primero diremos que han recogido las influencias de aquellos malos muchachos noruegos de mediados de los 90s, cargando el disco con riffs briosos, gruesos y crujientes a medio tiempo, entre la velocidad desmesurada del Death Metal y la potencia y la musicalidad del Black Metal. Esos riff rompecuellos que grabó Ihsahn para EMPEROR, feroces, pero a la vez repletos de musicalidad. Quizá falte la pomposidad operística de muchos de los trabajos de aquellos noruegos, pero OMNIPOTENCE tiran por esa negra senda y pisan con fuerza… MAYHEM, EMPEROR, DISSECTION… Todos los grandes nombres se te vienen a la cabeza, pero estamos en 2018 y vienen de Canadá.
Nota - 8.5
8.5
Nota
Todo el disco deambula entre el Black Metal y el Death. Del primero diremos que han recogido las influencias de aquellos malos muchachos noruegos de mediados de los 90s, cargando el disco con riffs briosos, gruesos y crujientes a medio tiempo, entre la velocidad desmesurada del Death Metal y la potencia y la musicalidad del Black Metal.