TRINITY SITE (DEU) «After the sun» CD 2017 (Autopeditado)
Por Alberto Zamora
TRINITY SITE son melódicos, son rápidos y son entretenidos de escuchar. A día de hoy con esos tres componentes me vale para escuchar un disco de death metal (muy) melódico; estilo en el que la capacidad de innovación y la frescura se perdió hace años; debido a la avalancha de sucédanos de los combos clásicos y a la transmutación de las señas musicales en forma de grupos que hacían de la mezcolanza y el flequillo su razón de ser. Que estaba hasta en la sopa vaya.
Los alemanes, afortunadamente, se muestran bastante “clásicos” en su fórmula, dejando de lado teclados petardos y estribillos melosos, centrando el componente melódico en las líneas de guitarra, y acercándose a la propuesta de NIGHTRAGE por ejemplo. Me explico, no vais a encontrar aquí reminiscencias de los últimos IN FLAMES (pero tampoco de la época del “Lunar “Strain”) y sí de los SOILWORK de los años dorados, siendo el principio de los dosmiles la referencia que debéis usar para situaros.
Encuentro un componente entrañable en los grupos que pasan de modas y sigue aferrándose a la música que les gustaba de chavales; y es que más allá de valorar la capacidad de novedad, prefiero ajustar mis criterios a la honestidad que transmite un grupo, lo que normalmente es fácil de valorar y observar. Un tema como “Beyond the Rim” solo puede hacerlo alguien que ame el estilo, y si os quedan dudas, mirar el otro lado de la moneda en “Lost Colony”.
Siendo sincero, si estuviéramos hablando de power metal o de heavy clásico, lo mismo estaba inmerso en un torrente de bilis estomacal, clamando a los cuatro vientos la falta de riesgo de TRINITY SITE, pero teniendo en cuenta que el melodeath fue mi escuela y puerta de entrada en relación a las sonoridades más duras dentro del heavy metal, no puedo más que ser benevolente y disfrutar de un álbum como “After the Sun”.
Y dejando atrás pamplinas y justificaciones vagas, es importante centrarse en las canciones, y las diez incluidas en el álbum son más que aceptables. Suenan bien, tienen buenos solos y ahuyentan el aburrimiento con frecuentes cambios de ritmo; si hasta cuando parece que se van a dejar llevar por derroteros demasiado modernos como en “Humanize Me” meten una voz más brutota y un ritmo entrecortado.
No voy a ser más pesado con batallitas de abuelo cebolleta y simplemente me voy a hacer air-guitar escuchando “Something Lives Under My Skin” con una camiseta de At The Gates.