CHALICE OF SUFFERING (USA) «Lost eternally» CD 2019 (Transceding Obscurity Records)
Minnesota, ahí la tienes, ¿la localizas en un mapa? Entre los EE.UU y Canadá, por la parte de la derecha, en la zona de los Grandes Lagos. Su nombre viene de la lengua dakota hablada por la nación sioux (los habitantes de aquella zona) que utilizaban la palabra Mnisota – agua teñida de cielo- para referirse al río que por allí cruzaba. ¡Colorea y aprende con Teo!
Y algo debe tener aquella zona y demás grandes extensiones del continente americano que enhechiza el espíritu de quién las contempla. Siente algo en su interior, una comunión con la vastedad de la impresionante naturaleza, como un síndrome de Stendhal pero ante la imagen de las enormes extensiones de bosques boreales cubiertos de niebla, en total quietud justo a la hora de romper el alba. Después de la bucólica intro, entremos en materia con CHALICE OF SUFFERING.
Porque la banda del vocalista John McGovern son de aquella zona y es indudable que su entorno les ha influido en la composición de su sonido. ¿Recordáis la primera vez que escuchasteis Black Metal noruego? ¿Lo despiadada y gélida que era la música? ¿La sensación de escarcha en el pecho? ¿Cómo en los momentos más calmados y acústicos podías oír el viento soplando entre las altas copas de los abetos nevados? Pues hay una escuela americana que, al igual que sus pares nórdicos, han mamado los sentimientos de abandono en la naturaleza, se han dejado atrapar por esa melancolía de perderse en el bosque… Nombres como AGALLOCH, PANOPTICON o APPALACHIAN WINTER te van a venir a la cabeza al escuchar las primeras notas de “Lost Eternally”, el segundo álbum de CHALICE OF SUFFERING.
Al vocalista McGovern se le une un elenco de músicos experimentados: los dos guitarristas, Will Maravelas y Nikoley Velev, acumulan a sus espaldas una asombrosa cantidad de bandas, proyectos y colaboraciones. Lo mismo sostienen las notas más delicadas que descargan unos riffs más Doom que toda la discografía de MY DYING BRIDE. Abrimos el disco con un largo tema titulado “In the mist of once was” que ya muestra la senda que vamos a seguir por los bosques del Minnesota: esa escuela americana de Funeral Doom, con instrumentos acústicos, con riffs pesados, con susurros, con growls… incluso con la colaboración de Kevin Murphy a la gaita.
“Emancipation of pain” sigue con la pauta marcada, otros diez minutos de tempos lentos, acompañamiento de teclados, Aaron Lanik contenido a la bateria, acompañado por el seco golpeteo de bajo de Neal Pruett, y aparece una melodía fantasmagórica que te encoje el alma. Por el contrario, en “Forever Winter” ahondamos en una intro más cósmica aunque, a la hora de entrar en materia, es otra bestia de diez minutos que camina a paso de Wendigo (una de las leyendas de los pueblos amerindios, ¡así que ya tenéis deberes que hacer!): tiene algún harapo de Black Metal más sinfónico, aquí se descuelga un Dark Ambient, allá pasamos del minimalismo a lo más eléctrico. “Lost Eternally”, “The Hurt” con su embriagadora melodía o el brillante cambio hacia el final de “Miss me, but let me go”, con sus dobles bombos y sus arreglos corales son algunas de las maravillas que tiene este “Lost Eternally”. Cortes que son enormes pedazos de granito congelado que se han desprendido de los altos riscos del Mississippi.
Poco hay que rascar aquí. Si te gusta el estilo descrito, si te va el Funeral Doom al estilo americano, con reminiscencias de grandes nombres como PANOPTICON o SKEPTICISM y tienes la suficiente presencia de ánimo para perderte durante una hora en los tétricos, angustiosos y helados sonidos de CHALICE OF SUFFERING, “Lost Eternally” es tu disco y tu gran clásico. Si no, te arriesgas a una hipotermia sónica. ¡Avisado quedas!
Nota - 9.5
9.5
Nota
Poco hay que rascar aquí. Si te gusta el estilo descrito, si te va el Funeral Doom al estilo americano, con reminiscencias de grandes nombres como PANOPTICON o SKEPTICISM y tienes la suficiente presencia de ánimo para perderte durante una hora en los tétricos, angustiosos y helados sonidos de CHALICE OF SUFFERING, “Lost Eternally” es tu disco y tu gran clásico. Si no, te arriesgas a una hipotermia sónica. ¡Avisado quedas!