[CRÍTICAS] SIXX:A.M. (USA) “Vol 2, prayers for the blessed” CD 2016 (Eleven seven music)

Por Lluís García Sola
Por fin podemos disfrutar del segundo lanzamiento discográfico del año de los californianos SIXX:A.M., continuación del excelente “Prayers for the Damned” que vio la luz en la primera mitad de este 2016. Así pues, nos encontramos con este “Prayers for the Blessed” con un disco resultante de las mismas sesiones de grabación de aquel, con el que podría formar una especie de doble disco más compacto, conceptual y sonoro, que, ojalá, sirva para poner a la banda liderada por el incombustible Nikki Sixx (quizás os suene de los míticos MÖTLEY CRÜE…) en lo más alto del panorama rockero actual. El grado de unión y madurez musical que han alcanzado tras los episodios discográficos anteriores ya es más que notorio, y os obvio que se han convertido en una gran banda nacida de un proyecto en solitario que servía para dar rienda suelta a la madurez musical del bueno de Nikki.
El álbum comienza por todo lo alto con el cañonazo “Barbarians (Prayers for the Blessed)”, uno de esos temas de rock de estadios, con un riff que te atrapa y de que es imposible deshacerse, gentileza de un DJ Ashba en estado de gracia. Si a eso le sumamos un puente y un estribillo brillante, el resultado es fácil, más aún cuando tenemos un solo marca de la casa para poner el lazo final. “We Will Not Go Quietly” sigue el mismo camino, no es casual que sea el primer sencillo del disco, ya que posee todas las cualidades para ser la perfecta demostración del potencial de los americanos. Rock fresco, contundente y de calidad, que coquetea con esencias del género más clásico, guitarrazos más propios del un metal, solos que se deslizan con una energía y sensibilidad extraordinarias y con un James Michael a las voces dejando claro que es mucho más que un enorme productor y compositor, y a ejemplos como bandas tan dispares como HALESTORM, HAMMERFALL o PAPA ROACH me remito.
La sensibilidad a la que acabo de hacer referencia queda bien patente en “Wolf at Your Door”, otro de los grandes hits de este compacto, capaz de aglutinar lo mejor del pasado, presente y futuro del rock, con un trabajo compositivo e instrumental fuera de cualquier duda. “Maybe It’s Time” baja las revoluciones, para convertirse en una preciosa balada, de tonalidad acústica, con el bajo de Sixx resonando en cada verso, y las líneas melódicas de Ashba dibujando con notas la intensa lírica interpretada por James. Sé que lo he repetido mucho hasta el momento, pero “The Devil’s Coming” es otro de los pelotazos del disco que nos ocupa. Uno de esos cortes que solo escucharlo sabes que se va a convertir en uno de los clásicos de la banda. Y sino, al tiempo. Resulta admirable como son capaces de mezclar la agresividad con la melancolía, y los versos más cañeros con los estribillos más comerciables, sin caer en la repetición y la sencillez mal entendida. Por cierto, sigo disfrutando con cada nota que sale de la guitarra de Ashba. Dudo que Mr. Axl Rose le eche de menos teniendo en cuenta la reunión de los GUNS’N’ROSES, pero ha dejado marchar un diamante en bruto que Sixx no ha dudado en reclutar.
“Catacombs” son poco menos de minuto y medio de increíble solo de guitarra de DJ Ashba, más propio de los directos que de los trabajos en estudio, pero que sirve de perfecto preludio a “That’s Gonna Leave a Scar”, rabiosa e imponente, que sigue dibujando el patrón que tan bien se han sabido construir, y en la que de nuevo brillan todos los ingredientes que forman el estilo que han abrazado el trío musical. Aún hay tiempo para las sorpresas, en forma de cover, con la deliciosa versión que nos regalan del clásico setentero de los británicos BADFINGER, y que en los noventa Mariah Carey pusiera de nuevo en lo más alto de las listas de éxitos con su “Music Box”. Obviamente la pieza que nos ocupa está mucho más cerca del espíritu de la original que de la posterior adaptación, pero es una de esas canciones que han pasado a la historia de la música, y no por casualidad.
La máquina no para y “Suffocate” nos entrega un inicio acústico, crudo y sentimentalmente desgarrador para entrar pronto en una espiral guitarrera que suena a una mezcla de lo añejo de los mejores GUNS’N’ROSES o los propios MÖTLEY CRÜE, y la frescura de unos STONE TEMPLE PILOTS o VELVET REVOLVER. Y James Michael entregándose a cada paso que da, recordándome a la versión más pletórica de Bono y U2. Un tema que deja poso, que gana con las escuchas, y que nos demuestran la falta de fronteras y límites que la banda se establece a si mismos. ¿Queréis más? Solo os voy a definir “Riot In My Head” como el resultado de las influencias de bandas como QUEEN, MEAT LOAF o MUSE, y es que a cualquiera de las tres les habría encantando firmar un tema como este. Difícil destacar algún elemento por encima del otro. ¿El enorme potencial vocal de James? ¿El artístico dibujo de las guitarras de Ashba? ¿El intenso compás que marca el bajo de Nikki? Decididlo vosotros mismos, y mientras lo hacéis, dejaros embriagar por la sutileza, la delicadeza y la inmejorable despedida que supone “Helicopters”. Una última muestra de todo lo que hemos ido degustando a lo largo y ancho del álbum. Joder, es que da pena que se acabe y todo.
Y hasta aquí este “Prayers for the Blessed”, un disco redondo, que redondea aún más a su predecesor “Prayers for the Damned”, y que, sumándolos ambos, crean el que probablemente sea mi disco favorito del año. Una experiencia sonora, que recoge lo mejor del rock de toda la vida y de su lado más actual y comercial, pero, con lo que es lo más importante, una calidad tanto compositiva como instrumental sencillamente abrumadora. Si gracias a la despedida de unas leyendas como MÖTLEY CRÜE o a la reunión de los clásicos GUNS’N’ROSES podemos disfrutar de un grupo como SIXX:A.M., yo firmo donde me digan. Ahora solo queda que se dejen caer por nuestro país y podamos gozar en vivo del enorme repertorio que han dejado en forma de legado sonoro con sus nuevos trabajos. ¿Un último consejo? Abrid bien los oídos, la mente, y dejaros envolver por todos y cada uno de los temas de estos “Prayers”. Dos obras capaces de crecer y madurar sin parar en nuestro interior tras cada escucha. ¿Cuánto queda para que vengan de gira? ¿Y ahora? Que no tarden mucho…