NAILED TO OBSCURITY (DEU) «Black Frost» CD 2019 (Nuclear Blast Records)

Por Daniel Gallar

Wow. El grupo doom/death de la Baja Sajonia NAILED TO OBSCURITY se ha marcado un discazo tan exquisito como melancólico. Además a lo grande habiendo fichado por la potente Nuclear Blast.

 Victor «V. Santura» Bullok (TRIPTYKON) ha sido el encargado de dar a esta obra la atmósfera obligada y merecida con un sonido orgánico denso e impenetrable. Entremos en materia porque «Black Frost», cuarto larga duración del quinteto alemán, requiere el merecido análisis de rigor. 

1) Raimund Ennenga sigue siendo la opción perfecta para el micrófono. Todas sus partes vocales tienen un carisma increíble y cubren con absoluta solvencia tanto los diferentes tonos de desesperación y agonía (que los hay) como los susurros, las notas más amargas o esas voces limpias pero que proyectan opresión y desesperanza. 

2) Los dos guitarristas Volker Dieken y Jan-Ole Lamberti son también dignísimos de mención por sus increíbles melodías perfectamente compuestas. Con un sonido tan grueso como al mismo tiempo versátil y sombrío y plagado de muchas armonías y a veces con cadencias que requieren paciencia para llegar a desarrollarse pero al mismo tiempo con un tono de profundidad que puede llegar a poner la piel de gallina. 

3) Gracias en gran parte a la grandiosa producción de la obra nos encontramos con otro elemento tan colosal como audible: la sección rítmica del baterista Jann Hillrich y el bajista Carsten Schorn. Pocas bandas me vienen a la miente que puedan fardar de una sección rítmica tan inquebrantable. 

A nivel melodic doom/death metal «Black Frost» tiene todo lo necesario para agradar a su público: experimentación (sin pasarse), atmósfera, melancolía, toques KATATONIA… algo de OPETH (conservando su propia identidad) … todo ello sonando pesadísimos. Temas que no te puedes perder son «The Aberrant Host», «Resonance» y «Abbys». Se trata en definitiva de un muy buen trabajo, eso sí bien denso y que requiere un par de escuchas para de verdad apreciarlo y sacarle jugo… pero una vez está uno «en la zona», se disfruta de lo lindo. Es como perderse en un bosque frondoso… del que no querrás escapar jamás.