DISBELIEF (DEU) «The Ground Collapses»
Listenable Records, 2020
Parece que se abre el cielo, parece que el momento llegó, imagino estar parado en lo alto de una colina, observando como todo alrededor cesa luego de un serio hito global. Una banda de sonido llena el ambiente con tanto Death Metal que solo resta abrir los brazos y dejar que algo ocurra. Así es la intensidad que despliega una banda que supo hacer un sonido propio y actualizarlo a medida que avanzan las épocas. Hablo del nuevo trabajo de DISBELIEF intitulado “The ground collapses”. Está siendo un año de parabienes para los que seguimos el Death/Sludge, no solo por tantos nuevos discos de bandas legendarias, si no por las sabias maneras de conservar lo más básico de un estilo que, desde finales del siglo pasado, está anunciando que el futuro no pintaba nada bien. Un honor poder escribir esta reseña.
Hablando de la parte técnica, del sonido que traen en este nuevo disco, nos encontramos con fraseos más oscuros, pero con ritmos que van intentando salir de un pozo. Los juegos de guitarra se pactan con una batería que repercute con un doble blast-beat constante que roza, por momentos, un estilo más bien melódico, pero con la furia y la venganza encarnada en una garganta que juega entre un profundo growl, y una voz más desgarrada. Repito un poco lo del futuro que no nos gustaba allá por 1990, años en los que las primeras cintas de esta banda pululaban por algunas radios más que Únderground, y hacían frente a un vacío social que te hacía pensar en un final cercano. Pues este disco, con tramos tan bien arreglados en el laboratorio de post-producción, me inspira más una esperanza, basada, claro, en formar parte de un ejército que está aquí para cobrar toda esa desilusión vivida hasta hoy. Esto al menos es lo que me genera una canción como “Killing to the last”, fabulosa apertura de guitarras inmisericordes que suenan al frente como si estuvieran solas, una batería detrás que te obliga a romperte el cuello, y al fin una garganta que va reclutando voluntades. Brillante.
Estamos hablando de un disco con 11 canciones que no se basan en la velocidad si no en el buen tino de la ejecución de los músicos, donde el sonido es contundente pero naturalmente oscuro. Hay ciertas tendencias a ese primigenio Thrash Metal áspero, sin aditivos, con pequeños tramos de riff´s lentos y machacantes: muestra de esto son, por ejemplo, “The waiting” o “Hologram for the scum”.
Quería resaltar la particularmente bruta “Soul destructor”, 3 minutos de furia y velocidad, donde la garganta se la juega en un diálogo con un demonio que obliga al cantante a merodear en un pig-squeal leve, pero efectista, siendo la mejor interpretación del vocalista en el disco. Esas canciones que por sí solas son capaces de derribar muros de Jericó. El toque místico, relajado y Sludge, llega de la mano de “Colder than ice”. Subrepticia, entra una batería cadenciosa que deja paso a unas cuerdas melódicas e inquietantes… El ritmo tranquilo va subiendo poco a poco, para terminar reventando con la banda entera sonando a miles de decibelios. El cierre del trabajo se divide en dos canciones que resumen el disco “Kill´s ending” es lenta, oscura y machacante. Mientras que “Depth of sorrow” es velocidad y pestilencia.
La primera canción que escuché de DISBELIEF fue “Stranger in a stranger land”, allá por el 2002, de un tributo a IRON MAIDEN, los dejé marcados en mi casilla de “banda para escribir cartas a una distopía temerosa de mi persona”, intentando adivinar qué estaría haciendo yo cuando el Gran Hermano venga a buscarme. Parece que hoy me han llegado esas notas, llenas de buenas nuevas, como decía al principio, con este gran disco de Death Metal para acompañar esta puta nueva normalidad que nos quieren vender. Importante tener una banda de sonido para que cuando todo reviente tengamos un refugio interno. “The ground collapses” ya está en mi búnker.
Puntuación
Nota - 9
9
Nota
Parece que hoy me han llegado esas notas, llenas de buenas nuevas, como decía al principio, con este gran disco de Death Metal para acompañar esta puta nueva normalidad que nos quieren vender. Importante tener una banda de sonido para que cuando todo reviente tengamos un refugio interno. “The ground collapses” ya está en mi búnker.