FINAL COIL (GBR) «The World We Inherited»
Sliptrick Records, 2024

Uno de los momentos más delirantes de los últimos años lo protagonizó el Cheetos Humano, el ínclito cuadragésimo quinto presidente de los USA, Donald Trump. Corría abril de 2020 y el mundo se hallaba sobrecogido ante el impacto de la COVID-19. El patán neoyorquino daba una rueda de prensa y allí, ante los ojos de todos, sugirió utilizar medidas como utilizar lejía para limpiar los pulmones de los afectados por el virus o buscar una manera de inyectar luz para combatir sus efectos. ¡Cágate, lorito! La cara de la doctora Deborah Birx, coordinadora de expertos de la Casa Blanca sobre el virus, no tenía precio. ¡Colorea y alucina con Teo!
Y es que éste, oh, niños y niñas, es el mundo en el que vivimos. Se acabó aquel ideal de los antiguos griegos de un gobierno de eupátridas, los bien nacidos. No, ahora los que llegan al poder y lo detentan son los más tontos del pueblo. Recordemos también que Bolsonaro decía que la vacuna de Pfizer podría convertir a los humanos en cocodrilos. Y, ojo, atentos a esto que en primer lugar no está bien reírse de la gente con taras. Y segundo, y más preocupante, esa gente está ahí porque nosotros los votamos y ayudamos a auparlos al poder. Ellos, aunque indirectamente, son un reflejo de lo que nosotros somos o de lo en qué nos hemos convertido. Así que la pregunta consecuente es: ¿Qué mundo hemos heredado?
Porque con este título, “The world We inherited”, los británicos FINAL COIL vuelven a la palestra, cerrando un ciclo de tres álbumes que se inició con “Persistence of memory” (2017) y continuó con “The world We left behind for others” (2019). El álbum se inicia con un tema homónimo: piano etéreo que se torna en un conjunto de notas ominosas que van acumulando tensión con un leitmotiv repetitivo al que pronto se añaden efectos de guitarras, una voz fantasmal, un crescendo musical al que se van incorporando todos los músicos para, casi sin dilación, sumergirnos en la tribal intro percusiva de “Wires”. Ramalazos Post y una letra simplista de unos pocos versos que nos lo dice todo. Porque sí, oh, niños y niñas, los cables están ahí. Las cadenas que a todos nos ahogan están ahí. Lo jodido es que ahora son incluso más sutiles, casi invisibles. ¿Qué tal vuestro día en Matrix?
“Chemtrails” es un mastodonte con un trabajo de guitarras excepcional, no por brillantes solos o filigranas, sino por la atmosfera comprimida que generan. Afiladas, heavies, repetitivas sobre una base rítmica que es un martillo pilón (un gran trabajo por parte de Jola Stiles al bajo y Barry French a la batería). Y a pesar de todo el muro sónico, hay espacio para que la música respire. “By starlight” se inicia con sonidos programados, con un recitativo, con un piano y va fluyendo en ese mar incierto de mezcolanza de estilos que denotan una fuerte personalidad como banda de FINAL COIL. El grupo no busca ser los más duros, los más ruidosos, los más guapos… No, aquí hay conciencia, hay pensamiento, hay un mensaje y unas ideas que utilizan la música como medio y como fin. Y la construcción del tema y su progresión es sublime, como se van añadiendo capas y atmósferas que van saltando a primera plana mientras la línea de piano se diluye entre el resto de instrumentos y vuelve a resurgir al final cuando el resto de instrumentos se acallan. Es un ejemplo perfecto de cómo se tiene que componer un tema.
“The growing shadows” continúa la andadura. Es una tensa homilía que se estremece bajo un acople continuo de la guitarra que dibuja una línea serpenteante e hipnótica que me recuerda a los trabajos Post-Rock del compositor JOHN MURPHY. Se transmite una sensación de desesperanza y de desolación a través de cada una de las notas y de la instrumentalización que es necesario pararse a respirar tras escuchar este tema. Una vez recuperado el aliento, seguimos con “Stay with me”, de nuevo con esas atmósferas mistéricas con multitud de capas de sonidos programados, un tema que lleva básicamente esa vibración del Dark-wave y que sigue mandando escalofríos por tu espalda. “Purify” es casi orquestal y hunde sus raíces compositivas en los estilos compositivos más clásicos del rock, aunque con la siempre constante presencia de la voz de Phil Stiles. “Out of sorts” tiene incluso aires orientales en las escalas que adornan este breve interludio que engancha con “Humanity” donde la banda se vuelve a colgar las guitarras y vuelve a mostrar su lado más afilado. De repente me doy cuenta, casi a punto de acabar el álbum, de la cantidad de registros que ha utilizado Phil Stiles para cantar, de la cantidad de atmosferas que ha creado la banda, de que cada tema es completamente distinto al anterior y, aun así, hay una coherencia interna en toda la obra. Pero no solo en este trabajo, sino en su relación con los precedentes. De repente, mientras me acuna “End of History” veo el hilo dorado que lo enlaza todo. La realidad de este cierre me golpea mientras la banda desarrolla un tema que es un lamento, que es estremecedor, que tiene parte de aquellos primeros trabajos y que tiene parte de lo nuevo, porque FINAL COIL tienen algo que se mantiene a través de toda su historia, y es identidad.
Porque han ido mutando a lo largo de los años, porque han ido evolucionando y creciendo y si bien, como ya he dicho, no son ni los más duros, ni los más ruidosos, ni los más guapos, ni los más ricos, ni los más famosos, en esta Matrix en la que vivimos (y recordad que los cables están ahí) FINAL COIL eligieron la pastilla roja.
Puntuación
Nota - 9
9
Nota
Porque han ido mutando a lo largo de los años, porque han ido evolucionando y creciendo y si bien, como ya he dicho, no son ni los más duros, ni los más ruidosos, ni los más guapos, ni los más ricos, ni los más famosos, en esta Matrix en la que vivimos (y recordad que los cables están ahí) FINAL COIL eligieron la pastilla roja.
Cesar! Thank you so, so much for this epic, thoughtful, beautifully written review. You put so much heart into your writing, and I loved reading your interpretation of the lyrics and music – you have a great ear for what we’re trying to do and a wonderful way of expressing it. With all best wishes, Phil – Final Coil