FREIGHTER (USA) «The Den» CD 2019 (Autoeditado)
Más de 10 años han pasado para registrar el segundo trabajo de estudio de una banda compleja, lúcida y que funda su sonido en experimentos de laboratorio, estudio e improvisación. Hablamos de FREIGTHER y su disco “The Den”. Los seguidores del Math-Core violento y teatralizado con toques de un bufón asesino, sin ningún tipo de límite creativo van a disfrutar muchísimo.
“Psychic reading´94” es la encargada de abrir demostrando desde el vamos que el sonido es, también, un componente fundamental que forma parte del Todo. Las baterías fueron grabadas, alguna toma, sin editar, lo que suma al factor improvisación. Las guitarras se recorren todas las escalas posibles y cada tramo de las canciones es una puerta a una diferente cabina donde un sonido remplaza a otro, ya sea el bajo o los “growls”. Durante todo el trabajo tenemos velocidad progresiva y muy técnica (armonías que van mutando y sonando incluso en otro tono que la banda) y, por supuesto, una agresividad de Metal que es un gancho para los fanáticos de lo Extremo.
Las voces están sacadas desde muy adentro de la garganta, con unos toques que te llevan al primer MR.BUNGLE o esas primeras grabaciones de TOMAHAWK.
“Future Duke” y “Presto change-o” son exposiciones de las distintas formas de interpretar el mundo (según la banda) desde la visión de un “enfermo mental” que no puede conectar con la realidad de otra manera que no sea a través de un mirada que parece caótica y desafinada. Las escalas que van variando sin descanso en todo el trabajo revientan del todo en “Hot car Death dad” la más “Core” de todo el disco, con una decena de voces narrando la tensión y las alucinaciones de un domingo por la tarde en una feria de pueblo. Este tipo de definiciones conceptuales suelen generar ese terror psicológico real que contrasta con los tranquilos suburbios de San Francisco.
Las canciones tienen la ventaja de durar lo justo para sumergirse en una sorpresa constante de ataques de psicosis. “Stick around Do it rigth until you get it perfect” es la más desangelada de todas, en la cual podemos notar los distintos efectos utilizadados en las voces, pero no en la masterización, si no en plena grabación a medida que se iban encontrando con una gama de colores diversos para sacar adelante una nueva locura.
Si bien el disco sigue una temática lineal en cuanto a interpretación, las influencias tergiversadas de la banda hacen de cada canción un nuevo viaje a la mente averiada que nos va trastocando en un espiral que no cesa de cambiar, subir, bajar, quebrarse por completo y volver a gritarnos desde una cama llena de orines: “King pigeon” suena a una loquísima referencia a Zappa y sus desconexiones con las escalas musicales establecidas. “Harbor of dieppe” y “Cimitero ~” cierran este laberinto sin dejarnos encontrar la salida y exhaustos de haber sincronizado el cerebro con esta propuesta.
Los juegos de voces, las variaciones según el palo que vayan tocando es una de las aristas más interesantes de este trabajo, profundamente experimental. La batería se refrenda en diferentes estilos en sincronía con el bajo y los efectos utilizados (así como ciertos samplers) ahondando en esos traumas yanquis de temer más a un payaso en una esquina que a un asesino en las sombras: aunque sean lo mismo, pero el envoltorio es lo principal.
FREIGTHER consigue burlarse de la sociedad complementando de manera perfecta todo lo que se espera de este tipo de bandas: locura de propósito, temblores y una decena de voces interactuando en diálogos escalados con unas guitarras que sueltan un riff que escala y recorre todas las notas posibles, jugando con melodías y arpegios que parecen confusos, pero en verdad están planteados para los preciosistas más exigentes. Una locura experimental que toma lo más histriónico de una cabeza muy jodida y lo convierte en una oda perfecta del Metal Técnico.
[REVIEW: Sebastián Abdala]
Nota - 8.5
8.5
Nota
FREIGTHER consigue burlarse de la sociedad complementando de manera perfecta todo lo que se espera de este tipo de bandas: locura de propósito, temblores y una decena de voces interactuando en diálogos escalados con unas guitarras que sueltan un riff que escala y recorre todas las notas posibles, jugando con melodías y arpegios que parecen confusos, pero en verdad están planteados para los preciosistas más exigentes.