MAD-ERA (ESP) «Electricmegablack» CD 2019 (Autoeditado)
La década de los 90’s fue una de las mejores dentro de lo que fue la escena metálica. A lo largo de aquellos diez años se juntaron el desgarro generacional del Grunge, la potencia rítmica del Groove y la ruptura estilística del Nü Metal. ¡Colorea y aprende con Teo!
Muchas de las cosas que tanto nos gustan ahora tuvieron su origen en aquella época. ¿El “State of World Address” de BIOHAZARD? De 1994. ¿El “Astro Creep 2000” de WHITE ZOMBIE? De 1995. ¿”Chaos A.D” de SEPULTURA? 1993. ¿El “Vulgar” y el “Far Beyond” de PANTERA? En el 92 y en el 94. ¿”Superunkown” de SOUNDGARDEN o el “Dirt” de ALICE IN CHAINS? En el 94 y en el 92. Y así, la lista suma y sigue. Como ya he dicho, mucho de lo bueno viene de aquella década.
Pues ahora enchúfate el “Electricmegablack” de MAD-ERA y repite conmigo: que bueno era todo en los 90’s. Porque para empezar comenzamos con una formación en formato power-trio (como THERAPY, ¿te acuerdas?). Luego seguimos con un nombre currado, pero ¿es MAD-ERA en plan “Más madera, es la guerra” como gritaba Groucho Marx o, por el contrario es MAD-ERA, en plan “era insana”? La ambigüedad está servida. Continuamos con un nombre de álbum también molón como lo eran las canciones de SOUNDGARDEN: ¿O acaso ya te has olvidado de “Black Hole Sun”? ¿Y el sonido?
Una vez pasada la intro de “Mermaids” comenzamos con lo bueno: “Facebreaker” entra con unos riffs adornados con esos bendings tan Dimebag Darrell, y ¡maldita sea, Layne Staley no estaba muerto, se había ido a cantar a MAD-ERA! ¿El solo de guitarra? 100% Darrell. ¿La base rítmica? Un martillo pilón. “Ambitious” es lo que promete desde sus primeras notas sabáticas, ¡cómo evoluciona hacia esa parte central! y ¿eso qué es? ¿Un maldito canto difónico? Puede ser, pero por ahí aparecen los brillantes dedos de Dimebag, perdón, de Robert Navajas. “Justice?” aúna lo mejor de aquellos años: los ALICE IN CHAINS menos sombríos, los PANTERA menos embrutecidos… De igual modo, “Addiction” sigue esa dinámica, ese sonido tan MAD-ERA, incluso la voz se vuelve más bronca y rasgada, o más desquiciada hacia el final. “Running low” consigue impostar en sus estribillos y en su manera de atacar las melodías vocales los mejores tiempos del malogrado Layne, aunque dándole un punto fresco y actualizado.
“Melt” es el tema más largo del álbum y si bien comienza arrastrándose, su manera de crecer y avanzar hacia esos delirios y disertaciones más PRIMUS lo hacen un tema también altamente recomendable. Sí, ya lo sé, Alejandro Jorge Álvarez no se marca unas líneas de bajo tan extravagantes y bombásticas como las de Les Claypool, pero no le hace falta para brillar con un trabajo sólido y confiado a las cuatro cuerdas. Y del mismo modo podemos hablar de Luis Aguirre tras los timbales, que no hace falta estar todo el rato con breaks, con fills, con tempos raros, sino estar ahí, en su momento, llevando el ritmo, aportando lo que en cada momento requiere el tema, con cambios fluidos, sin alharacas. Como con el rollo mantra que llevan en el siguiente “Brain”. Pasamos por la acústica “Grief” para acabar con “The power of healing”, uno de esos temas baladísticos que suena como una jam de todos los músicos de los grandes nombres que he ido mencionando a lo largo de estas líneas.
MAD-ERA me han dado una alegría y un motivo para mirar hacia atrás, como decían los OASIS: “Don’t look back in anger” (no mires hacia atrás airado). No, airado, desde luego que no. MAD-ERA son, como he dicho una banda con un sonido muy noventero, pero ¡qué década aquella! Han conseguido unificar muchos de los sonidos que surgieron en aquellos tiempos y traerlos a nuestro siglo, y por mí encantando, encantado de recordar todos aquellos discos, y encantado de que haya gente, como estos madrileños, que, con un pie en aquella década, se plantean un futuro más que brillante.
[REVIEW: Cesar Luis Morales]
Nota - 9.8
9.8
Nota
MAD-ERA son, como he dicho una banda con un sonido muy noventero, pero ¡qué década aquella! Han conseguido unificar muchos de los sonidos que surgieron en aquellos tiempos y traerlos a nuestro siglo, y por mí encantando, encantado de recordar todos aquellos discos, y encantado de que haya gente, como estos madrileños, que, con un pie en aquella década, se plantean un futuro más que brillante.