Por Sebastián Abdala
El punk sigue siendo lo que siempre ha sido, y está bien que algunas cosas no quieran entrar en el Mainstreem porque sí, como si no quedara otra. A veces se entiende que el margen de un estilo deje poco camino para innovar, por eso hay que escuchar este disco con la seguridad de que estamos ante un exponente que hace lo suyo como quiere, sin pretender cambiar algo. Este nuevo trabajo de la banda PRISON vuelve a pasear por los mismos caminos desde que lo comercial se ha inmiscuido en el Únderground post-punk-post-NIRVANA-Pre-new-PIXIES-etcétera. Pero con un detalle que me ha parecido muy acertado: el sonido de la grabación, conseguido al máximo con un estilo que no suele preocuparse mucho por la producción y mezcla. Tiene ese toque de “Noise” que rememora a esas cintas que llevábamos encima para sacudir la cabeza mientras llegábamos al colegio, con nuestra ira bien afilada y los ojos brillosos esperando chocar con algún profe de ciencias. Este trabajo trae algo más de 11 minutos (5 canciones) que se pueden considerar un buen paseo por esa Seattle que desde hace años nos describen, simplemente, como terrorífica y cerca de la aniquilación.
Abre el disco “Into the pit”, sonando prometedor, la banda muy pareja y con una letra que deja claro que estamos hablando lo sórdido de todos los días, y nos hace señas muy claras de hacia dónde nos dirigimos «Come, Annihilation”. Creo que es lo mejor del disco, porque sigue en la línea de una banda que lleva su tiempo sacando estos escupitajos de modo independiente y con ese anacronismo de estar desganado de formar parte de un sistema que nos ha jodido por 8 canales. “Who lives, who dies, who care” es el punto más álgido a nivel consolidación de banda, un pequeño flirteo con un Hardcore más aguerrido que se distorsiona para dejar claro que nadie escapa a las influencias de la fusión de estilos, y remembranzas, un poco obvias con otras bandas del Garaje gris de los 90´s. Sigue el disco con canciones que son una raíz de punk que los hace resaltar sobre el resto. Se mezcla un poco de BLACK FLAG con los PISTOLS, algo de MISFITS y algo de DEAD BOYS, pero menos melódico… para ir diluyendo este disco con una buena canción de 0.57´´ llamada “We live in filth”, donde el caos y la distorsión son el momento de hacer Mosh estés donde estés. Cierra “The smell of the flesh”, la voz se preocupa por ir recitando sobre algunos acordes vagos que dan el ambiente perfecto a los carros de bomberos haciendo lo posible por que el apocalipsis no se note juntando los cuerpos muertos por inanición. El problema es cuando estás oyendo una banda, y no solo te recuerda a otras, si no que te hace ir a por ellas dejando este trabajo a un costado por una temporada hasta que tropieces de nuevo con ellos.
Nota - 6.5
6.5
Nota
Este nuevo trabajo de la banda PRISON vuelve a pasear por los mismos caminos desde que lo comercial se ha inmiscuido en el Únderground post-punk-post-NIRVANA-Pre-new-PIXIES-etcétera.
