SAXON andan cerca de su extinción. Lo decimos por la edad de sus componentes. Dentro de unos años serán un recuerdo. Tal vez por eso, empiezan a lanzar productos que hace dos décadas nadie hubiera imaginado en una banda de su estilo. Es este una especie de recopilatorio con novedades, por así decirlo. Se han regrabado temas clásicos, se han remasterizado otros, algunos se han tocado con acompañamiento orquestal (una moda un tanto hortera que no sabemos qué favor le hace al metal, por cierto), y otros, finalmente, se han grabado en formato acústico, que no es que sea un sonido que le vaya especialmente a un grupo como SAXON, por mucho que digan. El disco no pasa de lo anecdótico, pero sirve también para que SAXON tengan un nuevo pretexto con el que meterse en la carretera. Tenemos, no obstante, la impresión de que eso de SAXON tocando con una orquesta en directo es algo que no vamos a ver por aquí. ¿Temas a destacar? Tal vez la versión orquestada de “Broken heroes”, una de esas joyas escondidas de los años ochenta, perteneciente a la época en que SAXON intentaron ─en vano─ abrirse un camino en el mercado yanqui. Tampoco está nada mal la balada “Frozen Rainbow”, una canción que se presta por su propia naturaleza al formato acústico. Desde luego, si se hubiera incidido ─en la parte acústica del plástico─ en algunas baladas y medios tiempos en vez de intentar adaptar composiciones un tanto “extremas”, la cosa hubiera resultado, tal vez, un poco mejor. Por otra parte, hay que señalar también los aciertos, cómo no: Biff sigue siendo un cantante competente, nunca fue de los más chillones ni de los más estrafalarios, pero ha aguantado más de tres décadas al frente de una institución del rock y del metal. Sin embargo, el disco no será recordado como clásico de la banda. Así están las cosas.
(Emilio Morote Esquivel)
