SIX FOOT SIX (SWE) «End of All»
Scarlet Records, 2020
Tengo que reconocer que fui uno de esos seguidor del Heavy metal que a mitades de los 90 acogí con los brazos abiertos las nuevas bandas que comenzaban a nacer como champiñones siguiendo la estela de los grandes nombres que estaban pasando por sus peores momentos comerciales, IRON MAIDEN, JUDAS PRIEST, HELLOWEEN, RUNNING WILD o RAGE se les hacía cuesta arriba la nueva década, mientras las nuevas tendencias llámese Grunge, Nu metal, Industrial, groove metal, etc…se comían el pastel, y sin embargo lo clásico quedaba relegado a un segundo e incluso tercer plano. Por suerte nuevos países surgían con fuerza sacando a la luz bandas que con el tiempo iban a quedarse como referentes: RHAPSODY y LABIRYNTH en Italia, ANGRA en Brasil, NIGHTWISH en Finlandia, AVALANCH en España, KAMELOT en los USA o HAMMERFALL en Suecia. Por supuesto Alemania seguía siendo la principal potencia en cuanto a bandas con BLIND GUARDIAN en su mejor momento, GAMMA RAY con Kai Hansen al frente supliendo a HELLOWEEN y con sangre nueva entrando con fuerza; BRAINSTORM, EDGUY o METALLIUM son buenos ejemplos. Todas estas bandas no solo mantenían mucha de la esencia de los 80, a la vez añadían nuevas influencias de otros estilos como el progresivo o la música clásica, llegando algunos grupos a extremos barrocos y neoclásicos, una base rítmica más contundente, muchas veces con el doble bombo continuo y la mayoría de grupos melodías mas accesibles o comerciales. Todo este movimiento fue nombrado Power metal, un nombre que ya a principios de los 80 se utilizó para denominar bandas que estaban a medio camino entre el Thrash y el heavy clásico en los USA.
Pero no todo fue bueno, la formula pronto se volvió repetitiva y los sellos sacaron todo el jugo posible hasta la última gota al estilo editando una cantidad de bandas mediocres infinita, clones de otras bandas sin personalidad alguna que no ayudaban a mantener la calidad para el seguidor y saturando un mercado que pronto iba a colapsar a mediados de los 2000’s. Todo esto produjo en mi cierto hastío o manía por el Power metal que me hizo primero; volverme muy exigente ante cualquier grupo que presentaba esta etiqueta, y segundo alejarme bastante en busca de otros estilos que me hicieran sentir la pureza y crudeza del metal en contra de tanta artificialidad y sobreproducción.
Hoy en día, 20 años después pocas bandas me han vuelto a hacer sentir una emoción o alegría dentro del estilo como las de antaño, y la mayoría de las veces ha sido tirando mas hacia terrenos crudos y directos que melódicos, recargados y pomposos, pero no podemos negar que el Power metal se mantiene vivo con POWERWOLF, SABATON, BEAST IN BLACK, DRAGONFORCE y un sin fin más herederas de ese movimiento de los 90 y que es uno de los puntos de unión con los seguidores nuevos que se acercan al heavy metal por primera vez, y todo ello sin inventar nada nuevo. Sólo alguna de ellas aportan cierta personalidad que les hace destacar por encima del resto.
Y todo lo escrito anteriormente para dar a entender que soy persona muy dura cuando tengo que reseñar un trabajo de una banda que entra dentro de los parámetros de este estilo, y estos SIX FOOT SIX cumplen todos los requisitos para que mi nivel de exigencia aumente y me ponga el mono de trabajo mas viejo y usado.
Estos suecos editan su segundo disco con algunas novedades respecto al debut editado en el 2018, una de ellas es la reducción del nombre que pasa de THE SIX FOOT SIX PROJECT al simple y mas directo SIX FOOT SIX, una forma de decir que son una banda y deja de ser el proyecto personal de Kristoffer Göbel, ex componente de los disueltos hace poco FALCONER en una pequeña etapa a inicios de siglo, banda que fue de las más originales de la hornada sueca power por tener influencias mas folk y teatrales que el resto de compañeros. La banda fue creada durante la grabación del disco mientras Göbel contó con la colaboración de Christoffer Borg (Ex ART NATION) a la guitarra y también a la producción, poco a poco se les unieron Markus Gustafsson (ROCK CIRCUS) al bajo y Henrik Hedman (VINDICTIV, ROCK CIRCUS) a la batería. Ahora están con el sello Italiano Scarlet Records que les ha dado una mayor visibilidad que la anterior Pride & joy music. Portada realizada por Stan W. Decker (DragonForce, Rage, Primal Fear), que denota una tonalidad muy oscura con toques Steampunk, mas acorde a otros estilos como el groove metal, el gótico e incluso el industrial y se aleja mucho de lo que nos ofrece la banda en el aspecto musical. Porque si algo nos presenta esta banda es Power metal en toda su esencia, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva, abriendo un amplio espectro de influencias que van desde el hard rock hasta el power metal más épico…pero vayamos por partes.
Se abre el trabajo con «Welcome to my nightmare», un tema melódico, con cierto aire oscuro a lo HELLOWEEN etapa «The dark ride», ritmo marcial esencia SABATON y en sus estribillos recordando a los POWERWOLF. Curiosa mezcla que me hace temer lo peor, pensando en otro pastiche sin alma, otro clon de batalla aprovechando la formula facilona, de todas formas es un buen tema. Me llama mucho la atención el registro vocal de Göbel acercándose mucho a un Tobias Sammet (EDGUY, AVANTASIA) pero bastante mejor. Milagrosamente el segundo tema, «End of all» es un hit, entrada con coros muy comerciales, pegadizos con un sabor a Happy metal que esta vez me entra de maravilla, recordándome a los maravillosos AXXIS tanto en las estrofas como en los coros, estribillos muy rítmicos a lo FREEDOM CALL, cabalgada en la parte de los solos y armonías de guitarra para dejarnos un tema perfecto para el directo. Esto a finales de los 90 los encumbra a lo mas alto. «In god we trust» es de los temas mas duros con un inicio a base de coros tétricos, casi gregorianos, riffs machacones y desarrollo a base de cabalgada contenida, muy a la alemana y otro estribillo pegadizo, dobles armonías a lo MAIDEN que irán apareciendo a partir de este momento en mas partes del disco. Y aquí yo empiezo a rendirme ante este trabajo…nada nuevo pero joder!!! que bien lo hacen. Ahora llega la parte del disco que yo le llamo la guerra de los clones, porque vienen una serie de temas que parecen extraídos de discos de otros grupos, empezando por «In the eyes of the world» que continua la senda de lo escuchado anteriormente con un tufillo de EDGUY en todo el tema inconfundible, desde el ritmo, la forma de cantar de Göbel, el estribillo, todo calcado, pero eso si, de la época buena de discos como el «Vain glory opera» o «Mandrake». Continuamos en este tramo con «Blood will out» que es una copia en los riffs y ritmos del «At the end of the Rainbow» del disco «Legacy of kings» de HAMMERFALL, con la misma cadencia, a medio tiempo, bajo insistente, gran apoyo vocal y pura épica. Y se termina este tramo con «Last days of our lifes» que podría ser un tema de inicio de disco o single de la última etapa MAIDEN, rápida, rítmica, con esos punteos clásicos y desarrollo tan típico de los británicos. Lo curioso es que el nivel del disco se mantiene y en ningún momento supone un problema este tramo de temas. Y aunque el inicio del siguiente corte comienza lento también clásico MAIDEN, la inclusión de instrumentos de cuerda y alguna flauta, mas el cambio de ritmo con toques folk, sinfónicos y algo progresivos es suficiente para darle una pequeña vuelta de tuerca al trabajo, y podríamos decir que es lo mas parecido a lo que hacía Göbel en FALCONER, un tema que refresca bastante para llegar a «Abbducted», y aquí viene otro gran nombre a la mente de nuevo, HELLOWEEN, esta vez con connotaciones en las melodías vocales mas felices y alegres de los alemanes, junto a un ritmo rápido y estrofas pegadizas. Y cuando mas o menos preveía por donde iba a ir todo lo que quedaba me sorprenden con un giro inesperado, porque aquí sí llega el tema oscuro, «I am your king» con una tonalidad entre industrial y gótica, voz ligeramente distorsionada y cadencia mas pesada, guitarras de tendencias groove/thrash, sin apenas melodía en las voces, un cambio de ritmo en la tercer parte poderoso y un tema en conjunto mas acorde a lo que refleja la portada del álbum. Como contraste «Edge of the world» es la balada del disco, hard rock bastante simple, básico y con tintes angelinos. Vuelven a la senda del power con «Oblivion» y finalizan en una onda hard & heavy de bandas como PINK CREAM 69, PRETTY MAIDS o GOTTHARD muy acertada, estribillo macarra espectacular y un Göbel en un estado de forma a la voz envidiable.
Un disco sobresaliente y que por un par de detalles se queda rozando la perfección; primero el estilo del grupo, donde su mayor encanto es su mayor defecto y es que no deja de ser un grupo cliché y no poseen nada de originalidad, y segundo y que aunque parece que no tenga importancia el orden de los temas, le falta un inicio mas impactante y a la vez vuelcan toda la parte copy paste en la zona inicial dejando los temas diferentes y variados en la segunda parte, solo que estuvieran alternados durante todo el trabajo hubiese tenido un resultado mucho mas dinámico.
Ahora sintiéndolo mucho querido lector me voy a quitar el mono de trabajo, dejo a un lado mis prejuicios, me relajo y me dispongo a disfrutar de nuevo del trabajo de estos suecos que al final me ha resultado una grata sorpresa a pesar de todo…
Puntuación
Nota - 9
9
Nota
Ahora sintiéndolo mucho querido lector me voy a quitar el mono de trabajo, dejo a un lado mis prejuicios, me relajo y me dispongo a disfrutar de nuevo del trabajo de estos suecos que al final me ha resultado una grata sorpresa a pesar de todo...