[CRÍTICAS] WORMED (ESP) «Krighsu» CD 2016 (Season of Mist Records)
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Por Daniel Ureña Cruz
A estas alturas, WORMED ya no necesitan mucha presentación, y es que sus tres álbumes actualmente en su haber, incluido este último trabajo titulado “Krighsu” es su carta de presentación más directa, y poco puede engañarse con semejante currículum a las espaldas. Muy posiblemente nos encontramos con la que hoy es la mejor banda de metal extremo de nuestro país, y ello por méritos propios y no solo por su música, sino por su humildad y sencillez. Y es que el combo sonoro que transmite WORMED está muy por encima de lo que a materia de death / brutal death se refiere en España, dotando a su sonido de humanidad y alejándose de ese espíritu frío y abstracto que suele caracterizar al sonido de este tipo de bandas. Las claves son una brutalidad técnica fuera de dudas, que cubre una vez más a los diez cortes que representan este “Krighsu”, lo que hace que, sin ser tedioso, lleguemos a disfrutar de la dureza que representa al estilo con las cosas bien hechas, bien medidas y bien estructuradas y enlazadas, teniendo diversos flecos a lo largo del trabajo que nos descolocan de la armonía presente durante todas las composiciones. Porque digamos las cosas claras, hay death y death, al igual que hay brutal death y brutal death, y todo ello en base a la técnica utilizada, porque aquí no se trata de hacer “ruido” sin sentido, sino más bien de hacerlo a partir de una base musical bien planteada, y en ello WORMED son más que excelentes. Otro de los aspectos que diferencia a la banda madrileña del resto de similares es la temática de sus letras. Vamos a olvidarnos de cuerpos quemados, órganos y muerte para recibir con los brazos abiertos líricas relacionadas con la ciencia ficción, lo que en principio puede parecer chocante pero que representa un resultado más que notable, una seña de identidad. Y es que llevar esto al listón más alto solo pueden hacerlo bandas del calibre de WORMED. Como decimos, son diez cortes los que representan este último trabajo, diez cortes cargados de esfuerzo y detallismo, de un perfeccionismo a prueba de bombas, donde se ha cuidado hasta el más mínimo detalle y que a buen seguro volverá a gustar a todos sus fans. El sello que se ha hecho cargo de esta nueva obra ha sido Season of Mist, es decir, nuevamente tenemos trabajo con nuevo sello, tal y como ocurrió con sus anteriores largos, “Exodromos” y “Planisphaerium”, con los cuales se atisba claras diferencias en el proceso compositivo, pero siempre en un diálogo musical progresivo de continua superación y trabajo duro.
El tema que abre este nuevo largo, “Pseudo-Horizon”, representa a la perfección lo que vamos a encontrar a partir de este momento: una velocidad endiablada a base de blastbeats asesinos, una voz brutal death de enorme calidad, técnica impecable donde todos los instrumentos (incluida la voz) suenan perfectamente compactos, distorsiones que ayudan a integrar la temática de la ciencia ficción y un mar de recursos de enorme calidad y sentido dentro del proceso compositivo. Las bases rítmicas están depuradas al máximo y no existe un instrumento con mayor protagonismo que otro, lo que se traduce en perfección sonora. Sin embargo, todo ello conlleva una predisposición más allá de cualquier acercamiento a lo que entendemos como una banda de death. Aquí es necesario escuchar y disfrutar, no oír. Es imprescindible un trabajo previo de asimilación instrumental y musical para poder disfrutar en su plenitud de “Krighsu”, y aunque este primer corte sea de una concepción más lineal, como puerta hacia al resto del álbum, es a partir de “Neomorph Mindkind” cuando la complejidad empieza a brillar por derecho propio. Doble pedal de precisión milimétrica, armónicos artificiales en determinados momentos muy bien introducidos y una serie de tiempos de extraña composición hacen de este tema una de las señas de identidad de este nuevo plástico. En la misma línea discurre “Agliptian Codex Cyborgization”, aunque si bien la dureza continua su marcha, también es cierto que WORMED poseen un elemento más humano que el del resto de bandas del estilo, sin necesidad de sonar robótico, lineal, sin sentimiento, pese a su temática de ficción. Aquí hay humanidad, y como tal, suena con sentimiento, no por nada es otra de las temáticas de sus líricas. Los cambios de ritmo y unas distorsiones mejor definidas que en sus anteriores trabajos hacen gala en este corte. Aquí hay algo muy complejo, un paraguas que cubre a todo el proceso compositivo y que, como tentáculos, contamina la totalidad del disco. Prueba de ello es el inicio de “The Singulartarianism”, repleto de rapidez, para automáticamente cambiar en pasajes hacia un ritmo más melódico, dejando de lado los palm mutes veloces en asonancia con la batería. Atención al final del corte, con un sonido atmosférico lejos del ritmo anterior aunque perfectamente integrado en el mismo, y que sirve de introducción a “Eukaryotic Hex Swarm”, que continúa por los mismos derroteros aunque con un alto componente sobresaliente de ciencia ficción en su esencia, tal y como también ocurre en el caso de “Computronium Pulsar Nanarchy”, con un sonido que puede perfectamente representar la fusión entre la máquina y la música. El ritmo machacón de las guitarras se acompaña con una batería de otro mundo. Arreglos de escasos segundos y un parón en su sección final completan un tema que puede ser catalogado de los más originales del álbum, aunque sea difícil aproximarse a una diferenciación de temas en esta obra. En la misma línea de los anteriores cortes se encuentran los cuatro finales, “A-Life Omega Point”, “57889330816.1”, “Zeroth-Energy Graviton” y “Molecular Winds”, destacando el segundo, donde la pista representa el sonido de maquinaria futurista en tan solo un minuto de duración, y el último tema, donde vemos cómo la máquina va desapareciendo progresivamente, apagándose, aunque estamos seguros que por poco tiempo.
Con este“Krighsu” WORMED ha vuelto a demostrar cómo se hacen bien las cosas y, sobre todo, cómo se puede hacer una obra de brutal death para callar esas bocas hirientes y destructivas que opinan que el género es ruido sin sentido (los solos se han dejado de lado en este trabajo), porque es necesario reconocer y separar los conceptos de gusto personal y de calidad musical, y en este caso por mucho que no estemos dispuestos a que nuestros oídos aguanten una sacudida de brutalidad técnica es necesario afirmar que nos encontramos ante un trabajo de matrícula de honor, donde se aúna a la perfección clasicismo (mundo terrenal) y modernidad (realidad interestelar), en un concepto que bien podría considerarse por encima de las bases del arte contemporáneo musical de estilo ecléctico gracias a la gran cantidad de detalles que conforman el álbum. WORMED se superan con cada trabajo, y para el próximo estamos seguros será necesario ampliar la franja de calificación hasta 15, porque estamos seguros destacará ampliamente el 10. Larga vida a la nueva carne musical, larga vida a WORMED.