MALAKHIM (SWE) «Theion»

Me he cansado de alabar el buen momento del black melódico sueco, protagonista absoluto en mi radar el pasado año, principalmente por el espectacular regreso de formaciones que admiro como NAGLFAR o MORK GRYNING, además de la irrupción demoledora de otras nuevas como KVAEN, quienes han contado con ayuda de Pierre Törnqvist de los inigualables SCHEITAN, en la sombra. Con esto pretendo explicar que mi generación, marcada por la parte forestal de ese black melódico sueco de mediados de los 90, pudimos gozar de un año increíble, pero que innegablemente llevaba años condenado, y ahora queda, o bien en manos de «viejas glorias» o bien a la suerte de la capacidad de adaptación al sonido ortodoxo que trajo WATAIN y qué tan de moda parece estar.

En un punto intermedio se enmarca MALAKHIM, banda que ha sabido explotar esta dualidad estilística desde su nacimiento en 2016 con una espectacular primera demo que voló en pocas horas y que contenía el himno «A Thousand Burning Worlds».  Pero su dualidad va más allá y está demasiado centrada en la batalla contra el Gran Adversario en lo lírico, un satanismo pro que se escapa del conocimiento de la gran mayoría de nosotros que nos limitamos a disfrutar del aspecto visual de bellos sigilos e imágenes ocultistas y esotéricas del satanismo Laveyano, y que en lo sonoro, en determinados momentos, me hace sentir tan desubicado como en un templo cristiano cuando el cura dice «oremos». Por suerte, cuentan con nada más y nada menos que con dos tercios de NAGLFAR, Andreas Nilsson a la guitarra y Marcus Norman a la dirección técnica como figuras termorreguladoras y canalizadores de toda la sabiduría y oratoria del vocalista E.

«Theion» trasmite ese black metal para estudiosos, para futuros Magister Templi, ese black ortodoxo que desahoga la frustración, dolor y rabia inherente al género a base de erosión sonora más que a descargas de furia venenosa o al golpeo nihilista autóctono de Umea. Más un «tenemos que hablar» que un «a la salida nos vemos».

Por suerte, y como ya he comentado, existe una parte cruda en cada uno de los trabajos anteriores de MALAKHIM, y en «Theion» por supuesto también. Momentos en los que E baja del púlpito ultrareverberizado para escupir su sermón a la cara y pasar a la acción acompañado por afiladas guitarras de punzantes trémolos y gélidos arpegios además de una base con cabalgada nocturna imparable. Por ejemplo, en “Merciless Angel of Pestilence” con fase onírica pero también con otra blacknrollera, o para mí en la mejor del disco “Hammer of Satan”, pura violencia malintencionada, es adictiva y fresca a partes iguales, black metal mayúsculo con un rejoice!  rejoice! que hierve la sangre recordando a glorias del pasado. Disfrutables también “There is a Beacon” en la que me esfuerzo en querer ver el punto majestuoso y ritual de EMPEROR. La blackened “Chalice of Ruin” con riff mil veces oído, pero totalmente compatible a la blasfemia que contiene este buen tema, o el espléndido cierre en “Theion”, donde demuestran sus mejores cualidades tanto en lo melódico como en el hermetismo ortodoxo.

En resumen, “Theion” es más que un buen disco para seguidores de NAGLFAR y WATAIN, para los que flipamos con la teología del satanismo y para los capaces de adaptarse al melódico y al ortodoxo a partes iguales. MALAKHIM da otro salto de calidad y abre las puertas de su templo para que oremos y recitemos al unísono, “Zazas Zazas Nasatanada Zazas” con el que librar la batalla (verbal) final.