PORK TRUE (ESP) «The Indestructible I»
Necromance Records - Base Record Production - Hecatombe Records - Abstract Emotions, 2020
Como andará la cosa de desvirtuada para que, cuando te quieres referir a algo como bueno, utilizas el término de “vieja escuela”. Los arquitectos neoclásicos tornaban sus ojos hacia las antiguas ruinas romanas como referencias. ¡Colorea y añora con Teo!
Así que ya sabemos, cuando algo es “old-school”, hay una mezcla de respeto y añoranza de lo original, de aquello que nos emocionó en su momento. Con el Death pasa eso; se ha hibridado con tantos estilos que ya no sabemos por dónde tirar: Melodic, Brutal, Slam, Technical, Prog, Deathcore… por lo que, cuando nos encontramos con unos PORK TRUE que no van a las florituras, a los inventos raros, sino que mantienen la esencia, pues, obviamente, son bienvenidos.
“Intro” es la ya consabida y ominosa anticipación al dolor, metiéndote el ombligo pa’dentro hasta que te toca la columna vertebral. Y empieza el salseo con “Obliteration till Egoism”: riff desquiciados y chirriantes, un growl engorilado que es un esputo continuo; una percusión demoníaca y ágil, casi diría depredadora. Dos minutitos y la sensación es la de una fusión nuclear concentrada. Y la chicha sigue, sigue y sigue en espiral encabronada. “Innebitable” comienza a mid-tempo thrashero hasta que el doble bombo se dispara a centuplicar notas y el tema queda como un nuevo monolito de cómo condensar en apenas un par de minutos mala baba, ganas de arrasar con todo bicho viviente. Una banda cohesionada, profesional, que trabajan como una bola de demolición, sin florituras ni idas de olla progresivas, abrazando el Old-school y dándole una sana patada en el culo.
“Gnitacidare Gniyllub” (que sabe dios lo que significa) comienza a molestar (¡bendito suplicio!) con esos golpes de plato cortados que ya nos avisan que esto no va a ser ni piadoso ni agradable. Mi tema favorito del álbum es vicioso, percusivo-abusivo, con riffs que se cortan y dejan la tensión en el aire para seguir atacando inmisericordes, y ya casi al final un solo sucio, desquiciado y discordante en plan Trey Azagthoth. Sin llegar ni siquiera a los dos minutos deja las agujas del molestómetro fundidas. Pero no cojas aire que ahora PORK TRUE te destruyen con “Fading Out Idolatry” y que manera de machacar la caja, casi sin espacio entre golpe y golpe, pero ¡cómo se las componen! La dinámica variación de ritmos hace que los temas sean, como ya he dicho antes, depredadores totales. Y en la misma línea abrasiva, discordante y molesta sigue “Mandatory Exclution”.
“Fanatism Trauma” continua a medio tiempo, como un Thrash Metal encabronado y pasado de esteroides (ya sabemos que el Death es un edípico ejemplo de hijo que aniquila al padre). Y, para que la fiesta no pare, nos metemos en la fangosa “Cicles” que es una enorme montaña de riffs eviscerantes. Incluso en “Misconception of inner Struggles” la banda parece adoptar una dinámica más hard-rockera, dentro de los parámetros del Death (como cuando SIX FEET UNDER se marcaron una versión del “T.N.T.” de AC/DC). Pero no preocuparse, no hay miedo, que la banda continúa con su sangrado auditivo en el siguiente tema “To Conquer it all”, reventando todo a su paso, hirviente, furioso, como un Sherman descendiendo por una cuesta. Paramos un momento (un segundo nada más) y atacamos con toda la artillería, el penúltimo tema, el homónimo “The Indestructible I” entra a saco, pero sin hacer prisioneros. Parece como que en el resto del disco han estado cogiendo carrerilla para efectuar el asalto final con este tema. Y una vez que han metido ese corrosivo fogonazo, cierran con “Cannibalized Fleshyard” que, como habrás supuesto por el título, se trata de un tema de amor. Quizá junto con el “Gnitacidare Gniyllub” sea de los temas más viciosamente adictivos.
Así que, sin inventar nada nuevo, PORK TRUE se mantienen fieles a las raíces. Media horita de devastador Death Metal, un neo-clasicismo del estilo.
Puntuación
Nota - 9
9
Nota
Así que, sin inventar nada nuevo, PORK TRUE se mantienen fieles a las raíces. Media horita de devastador Death Metal, un neo-clasicismo del estilo.