
De aquellas primeras veces que el ser humano miró hacia el cielo nocturno debe venir esa impresión sincera y anhelante al descubrir, sobre el horizonte, una esfera de luz lechosa, suspendida como una perla sobre el oscuro del cielo nocturno. Desde entonces, la mitología sobre nuestro satélite ha desarrollado distintas historias, a cual más hermosa, mistérica o triste. Máni para los nórdicos era hermano de Sól y recorrían el cielo perseguidos por los lobos Hati y Sköll, respectivamente. Tsukuyomi, para los japoneses, nació del ojo derecho del dios Izanagi cuando se bañó para limpiar sus pecados. Para los griegos, Selene era hija de los titanes Hiperión y Tea, y su etimología viene de selas, luz. ¡Colorea y aprende con Teo!
Es indudable que nuestro satélite nos influye y nos atrae de muchas maneras aparte de la mera curiosidad. Y tal debe ser el anhelo y la inspiración del bajista Vladislav Tyushin, que desde 2010 está al mando de la banda que nos ocupa, SELENSEAS (los mares de Selene). Y con este álbum han ido más, mucho más allá; no por nada, el título le viene que ni pintado: “The Outer limits”. La intro es magnífica, orquestal, ese anticipo sinfónico que nos introduce en un “Hope” cuajado de buenos momentos que nos brinda el sonido Power Metal que anticipaba la intro; todos los instrumentos brillando como las estrellas de Ursa Maior sobre el cielo nocturno: magníficas armonías de teclados sonando a veces como un clavecín, guitarras potentes que comienzan a dibujar melodías complejas y solos melodiosos, líneas de batería clavadas al milímetro y barroquismo por doquier. “Frigate” tiene otro de esos comienzos épicos que desarrolla el leitmotiv del tema. Todo es preciso y preciosista.
Debemos aplaudir el esfuerzo de los rusos. Este álbum es una grabación en plan internacional de su álbum de 2017, “За гранью возможного”, regrabado completamente en inglés, con la colaboración de un montón de músicos. Y he dicho que es preciso y preciosista, y lo he dicho con toda la intención, pues notas que en cada momento hay unos músicos brutales al mando de sus instrumentos, que no se van ni una fusa del tempo, preciso como un reloj suizo. Pero no es algo robótico y sin alma, hay vibraciones, hay emociones, hay amor por la música, una pasión que se transmite en cada surco de este “The Outer limits”. “Time” es otro tema grande y tiene su propia historia, su propio ambiente, su propia animosidad, pero siempre notas que son SELENSEAS, haciendo que suene fácil, eficiente y orgánico. ¿Y cómo suena un tema cuyo título es “Asgard”? Pues como tiene que sonar: poderoso como el trueno, orquestal, sinfónico, con esos coros hiperpotentes en el estribillo. ¿Sabéis lo que es un ifrit? Pues en cuanto empecéis a escuchar las notas y el desarrollo del siguiente tema, enseguida vais a pillar a que mitología pertenecen estas criaturas.
¿Y “Dante” a quién se puede referir si no al inmortal bardo italiano y a su increíble viaje por los círculos del Infierno, pero aquí estructurado en un tema que sube y sube en espirales, en vez de bajar? Tema potente el siguiente, “The Mirror”, con dobles armonías e intercambios guitarreros entre los dos hachas, con una vena muy maidenesca que ya se desata de verdad en los siguientes temas, “The Flame of Dawn” y “The Milky Way”. Y para cerrar el disco, la banda nos regala un tema instrumental homónimo que es el excelente colofón a este álbum. Aparte la versión que hemos escuchado aquí, trae dos remezclas de “The Mirror” (Radio Edit) y “The Milky Way” (Alternative Version).
Gran carta de presentación al mercado internacional por parte de los soviets de SELENSEAS. Indudable calidad, un trabajo realmente reseñable; como ya he dicho antes, preciso y preciosista; es indudable que a Vladislav Tyushin el influjo de Selene le hace trabajar a estos niveles y buscar esa perfección de una manera… lunática.
Puntuación
Nota - 8.9
8.9
Nota
Gran carta de presentación al mercado internacional por parte de los soviets de SELENSEAS. Indudable calidad, un trabajo realmente reseñable; como ya he dicho antes, preciso y preciosista; es indudable que a Vladislav Tyushin el influjo de Selene le hace trabajar a estos niveles y buscar esa perfección de una manera… lunática.