Desde Suecia y a través de The Sign Records nos llega el nuevo trabajo de THE HAWKINS bajo el nombre de “Silence Is A Bomb”, su música fresca y enérgica donde el rock se funde con el punk y el alternative, pone la guinda a los últimos coletazos del verano acariciando aun el calor y las fiestas de piscina, donde encajan perfectamente.
Con una intro intimista donde Johannes Carlsson (guitarra y voz), nos presenta el álbum con solo guitarra acústica y voz, amortiguado con una producción off record, “Roomer”, acelera el ritmo, mostrándonos sus toques punks, con Mikael Thunborg (guitarra y coros), la percusión de Albin Grill y Martin Larsson al bajo, que además ha conseguido un sonido muy pulido en su instrumento fundamental en la base de las canciones. Y si el primero jugaba con el punk, el rock más adolescente y alternativo se nos presenta con “Hilow”, pegadiza y muy rítmica, con un estribillo que te hará levantarte de tu silla, pero es que “Stones”, aumenta la calidad del álbum, siendo una de mis preferidas, donde las guitarras se vigorizan, donde juegan con los silencios en las estrofas a base de batería y bajo, para acomodar coros en los puentes y estribillos, un muy buen tema, que unido a “Mynah” y una curiosa forma de cantar, forman un tándem imprescindible de este álbum de THE HAWKINS.
Un minuto basta para despertarnos con “Minuette”, feroz, vibrante e hiperacelerada, que te sentara como un jarro de agua fría para abrir los ojos de golpe, aunque con “Cut Moon Bleeds”, nos devuelve a la elegancia del cuarteto sueco a través de rock cósmico, donde las estrellas fugaces se transforman en notas de color a través de una instrumentación y estructura musical de alto nivel, sin duda un temazo para disfrutarlo una y otra vez. “Libertine”, mantiene el pulso con su rock desenfadado y pegadizo, dispuesto a hacerte corear su estribillo, para después matizar su música con “Stranger In The Next Room”, más pausada pero igual de intensa.
En su parte final no podía faltar algo de cada uno de sus estilos e influencias como la punk juvenil “Black Gold”, la rockera “Fisherman Blues” que golpeará nuestras neuronas con un tono de voz más agresivo y unos coros encajando a la perfección, para cerrar el álbum con “All My Birds Are Dead”, que pone otro contrapunto y añade variabilidad a su sonido, jugando con unas estrofas minimalistas donde el protagonista es el bajo y la voz, para añadirle toques de guitarra y batería que explotan en su parte central. THE HAWKINS, han logrado un álbum muy disfrutable y fresco, para divertirse cantando y bailando en este verano que llega a su fin.
Puntuación
Nota - 7.7
7.7
Nota
THE HAWKINS, han logrado un álbum muy disfrutable y fresco, para divertirse cantando y bailando en este verano que llega a su fin.