Crónicas Live

TRIVIUM + SIKTH + SHVPES – Sala Apolo 17.03.2017 Barcelona (Route Resurrection)

Crónica y fotos de Lluís García Sola

Gran noche de Metal, en varios registros de sus variantes, la que nos esperaba a toda la audiencia que poco a poco íbamos a prácticamente llenar la sala barcelonesa Apolo, y es que cinco años son muchos sin recibir la visita de los americanos TRIVIUM. Como ya hicieran en su visita anterior, volvían bien arropados por dos bandas, aunque en esta ocasión con un regusto más agridulce, por lo menos para un servidor. Pero vayamos por partes.

Los primeros en hacer acto de presencia sobre el escenario fueron los ingleses de Birmingham SHVPES, formación encabezada por Griffin Dickinson. ¿Os suena el apellido? Efectivamente, uno de los hijos de Bruce Dickinson, vocalista de IRON MAIDEN, que al igual que su hermano Austin con AS LIONS, está de rabiosa actualidad. Poco que decir sobre su más que notable directo, presentando algunos de los temas de su álbum debut, “Pain.Joy.Ecstasy.Despair”, como “State of Mine”, “Skin & Bones”, “God Warrior”, o el propio tema que da título al disco. Pura energía con su mezcla de Rock, Metal e incluso cierto aroma Post-Grunge. Habrá que seguirles la pista.

A continuación llegaría el turno para los también británicos SIKTH, con su peculiar combinación de metal progresivo y Mathcore, bajo la influencia del sonido Djent. Quizás sea cosa mía, pero no acabaron de conectar con un público que venía dispuesto a dejarse llevar fácilmente, en parte por su gélida actitud e interacción con el respetable, o lo complejo de su propuesta musical. Ni la dupla vocalista Mikee Goodman/Joe Rosser con su ir y venir de un lado al otro del escenario terminaron de convencer (cierto es que las luces, a petición de la propia banda, ayudó demasiado) a pesar de la contundencia de temas como “Part of the Friction”, “Pussyfoot” o “Bland Street Bloom”.

Y con una puntualidad británica, a pesar de su nacionalidad estadounidense, se presentaron Matt Heafy y los suyos sobre las tablas, tras el preludio de IRON MAIDEN y su “Run to the Hills” sonando a todo trapo. Comenzaron aplastando al personal con la brutísima “Rain”, tras la que fueron ejecutando temas de toda su discografía como “Forsake Not the Dream”, la mítica “Down From the Sky” (hay que ver como invita este tema al headbanging) o la más reciente “Rise Above the Tides”, una de las pocas concesiones a su notable nuevo trabajo discográfico. Rematarían este primer tercio de actuación con “Entrance of the Conflagration” y con uno de los dos guiños a su mítico debut “Ember to Inferno” de la mano de “The Deceived”, en la que Matt demostró lo bien que se vuelve a encontrar en los registros vocales más guturales, perfectamente escudado por el agresivo acompañamiento de Corey Beaulieu y Paolo Gregoletto.

Bajarían las revoluciones con la melódica “Dying in Your Arms” y la más puramente heavy “Strife”, en la que el público no paró de corear las melodías marcadas por la dupla guitarrera formada por Matt y Corey. Resulta curioso que al primero se le viera más fatigado en los tonos más suaves, como si le faltara algo de aire en la respiración, aunque no fue suficiente para empañar una notable actuación. “Dusk Dismantled”, “Throes of Perdition” y la power metalera “Silencie in the Snow”, nos iban acercando hacia el imponente bloque final, que llegó tras la tormenta iniciada por la batería de Alex Bent (hay que ver el baile de percusionistas que llevan estos chicos en la presente década) con la ejecución del antiguo “Pillars of Serpents”. Una nueva vuelta al pasado más presente de su “Ember to Inferno”, con el que sorprendieron al mundo con un registro mucho más Thrash del que demostraron después o, especialmente, en la actualidad, habiéndose convertido en una banda más Heavy Metal que Metalcore, a pesar de la poca presencia de sus últimos trabajos en sus actuales sets.

Y de aquí al final prácticamente ni un segundo de respiro, a excepción de la introducción “Capsizing the Sea” que llegaría tras el único bis de la velada. Las veloces y demoledoras “A Gunshot to the Head of Trepidation” y “Pull Harder on the Strings of your Martyr”, clásicos donde los haya y temas que representan el porque muchos nos enganchamos a esta banda, solo se vieron interrumpidas por la melódica a la par que contundente “Until the World Goes Cold”. Un corte gélido y lento, pero que posee un riff de guitarra cortante como una cuchilla de afeitar gracias a la magia de Matt y Corey, al más puro estilo de los METALLICA de los que tanto beben. La locura llegaría bajo la batuta de “In Waves”, que tras tener a toda una audiencia que abarrotaba la sala agachados a los pies de los americanos, nos levantarían violentamente para desgañitarnos antes de despedirles como se merecen. Una gran noche de TRIVIUM, que les confirman como lo que son, una de las bandas de Heavy Metal más importantes de la actualidad, arrastrando a sus conciertos a un público variado en edad y gustos. Hasta pronto chicos.

 

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