ZAPRUDER (FRA) «Zapruder» CD 2018 (Apathia Records)
Por Antonio José Lastres
No se puede decir que en los últimos años Francia no exporte grandes grupos de metal, ahí tenemos a GOJIRA, DAGOBA O BETRAYING THE MARTYRS. Bandas que además en lo suyo han sabido transgredir.
La que nos ocupa en esta reseña, ZAPRUDER, va más allá. Fundados en 2010, estos franceses ejercen un innovador mathcore con muchos matices. En ocasiones, no pocas, recordarán a los grandes del género THE DILLINGER ESCAPE PLAN (sé que las comparaciones son odiosas, pero también necesarias), apelando a unas estructuras sonoras caóticas, como mandan los cánones.
Nos llegan en este 2018, tras su debut “Fall in Line” (2014), con su lanzamiento homónimo, en el que pretenden dar un paso en firme hacia adelante para hacerse un hueco en la escena.
Las voces no se quedarán atrás, con registros variados que no pierden consistencia en ningún momento. Los cambios de ritmo, marca obligatoria de la casa en este género, estarán presentes en todo el redondo.
Los primeros ejemplos de estas líneas se suscriben en las primeras canciones, como “I Left My Apendix in NYC” o “Tongue Twister”, canciones que te obligarán a mantener los cinco sentidos sobre ellas. Serán canciones que te obligarán a escucharlas en más de una ocasión si de verdad quieres entender el conjunto del trabajo. En las guitarras encontrarás muchos símiles a los venerados PROTEST THE HERO. Un factor común en todas las canciones serán esos divertidos coros que amenizarán este huracán sonoro a lo largo de su recorrido.
“Half-stache Man” comienza muy a lo PROTEST THE HERO. Tiene un interesante interludio que mostrará a la banda en otra tesitura muy distinta a lo escuchado hasta el momento, mostrando la valía de los franceses. Rozarán en muchos momentos, como este en concreto el metalcore.
“Leaving Montreal” empieza tranquila, más de lo usual conociendo ya mínimamente a la banda. Sorprenderán esos instrumentos de viento que ayudarán mucho a la canción, además de la sorprendente voz de su vocalista Isaac Ruder, que evocará también en algunos momentos a otros grandes del género como BETWEEN THE BURIED AND ME. Interesante pieza que en sus casi cinco minutos avanza de manera progresiva hacia el caos más absoluto en términos musicales.
Estos chicos no dejarán de sorprender. Como buena muestra tenemos “Dracula Love Hotel”, que coqueteará a más no poder con el progresivo (nada nuevo en el álbum, las influencias son claras). Impresionante trabajo el de las guitarras, pero que no te dejen de engañar. Aquí hay un trabajo impresionante en todos los instrumentos, desde ese contundente bajo hasta ese saxofón que gana con las escuchas. Los apelativos positivos se quedan cortos ante muestras de destreza como esta.
En “Martin Bell” nos llevamos otra sorpresa en las voces, llegando ya a pensar en si estos chicos no tendrán un vocalista distinto para cada canción. Por lo demás, estamos ante una canción “canon” del sonido del grupo. Es un placer escuchar como desde un segundo plano la batería guía todo este caos musical para que en ningún momento pierda ese “orden”.
Cuando ya uno piensa que esta banda ha dado todo lo posible aparece “Piss Soaked”, que con ese frenético inicio y en solo dos minutos, te lleva a un tempestuoso océano de notas que te hará replantearte muchas cosas. Aquí la medalla se la llevará el saxofonista. Eso si, sin desmerecer a sus compañeros, que hacen un inmenso trabajo para que todo suene coherente.
Nos acercamos al final de este dignísimo trabajo con “Back in Town”, que sin ser mala si puede quedarse algo banal en contraste con todo lo anterior escuchado. Como ya digo no es mala pieza, pero si es verdad que no aporta nada nuevo al álbum. El álbum cerrará con “Fly Me To The Celling”, que como la anterior no añadirá nada nuevo al álbum pero si supondrá un cierre perfecto por su construcción. A sabiendas de que se tienen que despedir, lo harán a lo grande y como mejor saben, con la locura musical llevada a su máxima expresión. Una buena síntesis de todo lo escuchado desde que abre el álbum.
Sin duda, estamos ante una grata sorpresa en un género en el que ya de por si es difícil sobresalir debido al gran nivel que demuestran sus bandas. Esta formación es muy joven y están labrándose un gran futuro si no ocurre nada extraño en su carrera. Es reconfortante ver cómo las nuevas ideas dentro del metal van fluyendo y asentándose en el circuito. Solo queda por ver el próximo movimiento de los franceses y si ellos mismos se asientan en esta dura escena. De momento lo tienen todo a su favor. Disfruten.
Nota - 10
10
Nota
La que nos ocupa en esta reseña, ZAPRUDER, va más allá. Fundados en 2010, estos franceses ejercen un innovador mathcore con muchos matices. En ocasiones, no pocas, recordarán a los grandes del género THE DILLINGER ESCAPE PLAN (sé que las comparaciones son odiosas, pero también necesarias), apelando a unas estructuras sonoras caóticas, como mandan los cánones.