Por Nuel González
Con la acérrima convicción de que el vanguardismo es la vía a seguir, diversos grupos están impulsando la tendencia del post-metal en un atrevido reinvento multiestilístico. KING WOMAN realiza un esfuerzo continuista en esta tendencia, liderando una composición que surge de las ambiciones personales de Kristina Esfandiari.
“Created in the Image of Suffering” construye una atmósfera densa y catatónica. Los graves impactos de la resistencia post-metalera se magnifican con la afinada distorsión ruidosa y opresora, la lentitud de los delirios rítmicos, monótonos y casi macabros se estrellan en nuestro tímpano mientras la diáfana y fantasmagórica resonancia de Kristina se agita a la par.
El doom metal que se desarrolla en los 8 temas profesa el lirismo religioso, la depresión y la introspección, con un formato solemne que podría catalogarse como ceremonioso, un culto por las convicciones humanas que rezuma intimismo. Canciones del estilo de “Hierophant” dejan al descubierto riffs desgarrados, malheridos y deprimentes, asolando al oyente en un constructo propio del funeral foom, pero sin olvidar esa corriente lastimera que tiene sus raíces en el rock alternativo más taciturno. Un temazo de 8 minutos que compagina el dramatismo desde distintas escuelas sonoras.
La evolución instrumental del álbum es escasa, ya que el contento del oyente se busca con las reminiscencias intimistas, pero existen algunos arreglos esporádicos que contienen variedad por breves que sean, detalles oídos en “Worn”, con el piano y una percusión más remarcada, y en “Manna”, donde las controvertidas guitarras modulan un timbre irrepetible en todo el disco, más el acompañamiento clásico de instrumentos de cuerda que despiden un aire añejo.
A veces la propia presencia de los riffs se exhiben con violencia, la persistencia de la distorsión y lo remarcados que están los patrones rítmicos elevan la fuerza de la composición, un efecto de contundencia que reciben el beneplácito de Kristina, cuyos mantras insistentes y de dicción difusa formalizan un mensaje penetrante, que se repiten en un loop envolvente y rocambolesco.
“Created in the Image of Suffering” potencia un lastimero placer complicado de recrear. La precisión de sus formas, que a priori simulan cierta simplicidad, modelan el ambiente inmaterial del yo intimista, un viaje musical que revota en nuestro interior.
