Del cuerpo humano, de sus funciones, de sus fluidos y emanaciones; de las teorías del microcosmos y del macrocosmos, de las relaciones entre las glándulas endocrinas y las medicinas alternativas… De todo el embrollo de vísceras, fluidos, chutazos de sustancias que nuestro propio cuerpo produce y veinte mil cosas más, se podría hablar largo, pero que muy largo y tendido. ¿Realmente pesa nuestra “alma” 21 gramos? ¡Y yo qué sé, oh, niños y niñas! Bastante tenemos el común de los mortales con sobrevivir un día más al caos en el que estamos inmersos, como para meternos en elucubraciones más profundas y elevadas, pero… ¿y si sí? ¡Colorea y duda con Teo!
Y es que el ser humano se ha visto abocado a plantearse ciertas preguntas bien serias desde que tomó conciencia de sí mismo. ¿Qué soy? ¿Qué hay después? La vida eterna en contraposición a la conciencia de nuestra condición mortal. El alma, esos 21 gramos que pierde de peso el cuerpo cuando uno hinca el pico… Y siempre, siempre, salen los pícaros, aquellos de ingenio vivo que se aprovechan de los menos avispados. Desde el Bálsamo de Fierabrás al maravilloso linimento del embaucador de los Westerns, las nuevas religiones y la nueva conciencia de la New Age. Ah, las flores de Bach, la Era de Acuario y demás… La sanación cuántica, la homeopatía, los que te sana el aura. De aquel origen etimológico remoto del griego o del latín, de aquella “brisa” o “aliento”, poco encontramos ya. O puede que sí. Porque desde 1996 los italianos AURA llevan dándole al asunto con varias demos y un total de cuatro trabajos de larga duración a sus espaldas. Y el último, “Underwater” recién salido del horno.
“Lost over time” abre de manera magistral, delicado y etéreo en sus inicios para entrar en un elegante ejercicio de ascenso musical. La armoniosa voz de Giovanni Trotta (que también se encarga de los tambores) enseguida te embauca en el viaje y se van añadiendo capas y capas de instrumentos. Desde los primeros minutos te sorprende la elegancia de la instrumentalización, cómo cada miembro es consciente de su espacio y de su lugar en la banda. Los teclados de Francesco Di Verniere, las acertadas intervenciones de la guitarra de Giuseppe Bruno, el untuoso bajo de Angelo Cerquaglia. Ecos de la música AOR, pero elevados a otro nivel que enseguida engarzan con “Keep it safe” con un muy destacable trabajo vocal y un acompañamiento digno de elogio, y un dialogo entre Bruno y Di Verniere que es como el caviar. “On time” me vuelve a encandilar con ese perfecto equilibrio entre las partes melódicas y la instrumentalización de alto rendimiento que me lleva a pensar en pesos pesados del género. “Time to live” se afila con poderosos riffs, pero la interpretación vocal de Trotta es realmente emotiva, clara y limpia, como una campana de cristal. Siguen con un “My last words to you” donde la banda al completo me vuelve a ganar, cada uno en su sitio haciendo sus cositas y llevando el tema a la excelencia. “Promises” vuelve a la estela más metálica, aunque con una elegancia abrumadora, y algo, algo se nota: cuatro musicazos que eligieron con buen tino el nombre de AURA, sin más pretensiones que dar lo mejor de sí mismos y que todo suene orgánico, preciosista y con alma (esos 21 gramos que se nos escapan al morir nunca estuvieron tan presentes en las composiciones). “Eternal Bliss” es una buena muestra de ello, aunando estilos, atmosferas, tempos, fraseos y evoluciones musicales. “Lights behind the clouds” es un alucinante tema completamente instrumental donde la banda se mete a disfrutar con una instrumentalización de alto nivel pero sin caer en la egolatría de muchos virtuosos. Casi cierran el trabajo con el homónimo “Underwater” para enlazar con una muy correcta y civilizada versión del “Astronomy Domine” de PINK FLOYD. Digo lo de “muy correcta y civilizada” porque, de todas las que he escuchado, mi favorita es la que se cascaron los VOIVOD, dándole ese aire “pasao de LSD” a la composición de Syd Barrett.
Pues unos musicazos estos italianos. No soy yo muy creyente de las nuevas tendencias pseudo-religiosas, pero oye, este grupo me ha arreglado los días de la última semana y me han dejado el alma calentita. Llámalo alma, hálito o, como bien habrás podido suponer, AURA.
Puntuación
Nota - 8.7
8.7
Nota
Pues unos musicazos estos italianos. No soy yo muy creyente de las nuevas tendencias pseudo-religiosas, pero oye, este grupo me ha arreglado los días de la última semana y me han dejado el alma calentita. Llámalo alma, hálito o, como bien habrás podido suponer, AURA.