DYING FETUS (USA) «Wrong one to fuck with» CD 2017 (Relapse Records)
Por Santi Gzlez
Escuchar el tema adelanto de DYING FETUS hizo que, pese a ser una banda a la qué, no sé muy bien porqué, no he presentado especial adoración, me dejara con unas ganas tremendas de devorar su octavo disco de estudio. Me ponía a pensar en la particular forma de defender un show por parte del señor Gallagher y las ganas se exponenciaban. Esa manera estática de tocar a semejante nivel técnico y brutal es impresionante. Junto a su vozarron y a la cara que pone…. Vamos, que su octavo trabajo tenía que caer en mis manos.
Su portada, tan violenta, realista y explícita aumentaba aún más mi ansiedad. Sabía que solo unas decenas de escuchas podrían mantenerme en un estado mental saludable. Tantos detalles en una portada tan sumamente representativa de lo que es la violencia gratuita y despiadada sólo pueden ser defendidos por una banda como la de Gallagher, y no tengáis duda de que así ha sido.
Lógicamente no me confundía y es que las posibilidades infinitas de escucha de temas adelanto por internet hacen que difícilmente nos confundamos al adquirir un CD. Aunque estos americanos de antemano sean una apuesta segura. Ya el tema «Fixated on Devastation» nos dejan con los huevos destrozados de la semejante patada que nos pegan de golpe. Y es que no hace falta ni tan siquiera escucharse una vez los once temas y casi cincuenta y cinco minutos del trabajo para darnos cuenta que DYING FETUS siguen siendo DYING FETUS. Son técnicos, son brutales, son groove, en definitiva son ellos. Destaca la exquisita limpieza en la ejecución de cada instrumento, su admirable capacidad instrumental en cada uno de sus miembros, pero lo mejor es que hacen temazos. Temazos que mezclan, utilizan y elevan al máximo nivel toda su capacidad para crear riffs que son a su vez groove, slam cuando la ocasión lo requiere, brutal death en su base, pua ultra acelerada en muchas ocasiones y, como siempre, esa formidable forma de introducir escalas, arpegios y armónicos por aquí y por allí que a primera escucha chocan con la dinámica general pero que rápidamente te das cuenta de que son marca de la casa. Es un trabajo por y para la guitarra pero…. Ojo a la labor de Trey Williams con las baquetas. Preciso, diverso y capaz de llenar de tempos cambiantes ese muro guitarrero que todo lo llena. Cuesta prestar atención, tanto a él como si bajo de Sean Beasley teniendo delante la personalidad de Gallagher tocando y cantando así. Su voz es diferenciable de entre los millones de cantantes growl del planeta y esa ya le hace especial, junto a ciertas estructuras enrevesadas en las partes lisas de guitarra. Grandísimo.
Y para escuchar esto, un sonido como el que nos presenta «Wrong One to Fuck With» ya lo borda. Sí, no puedo negar que está muy producido, pero ¿acaso esto le hace perder fuerza al trabajo? Yo opino que es todo lo contrario. Poder escuchar perfectamente el trabajo instrumental de cada uno, en toda su excelencia, junto a una brutalidad en toda la cara de potentes composiciones me hace volver loco. La distorsión de la guitarrera, muy hardcore, gorda, rabiosa, la pegada de los parches, pulcros, la profundidad del bajo, enorme.
Quizás casi cincuenta y cinco minutos para un trabajo así sea una barbaridad de metraje. Escucharlo entero y con atención requiere de un esfuerzo que te hace llegar exhausto al final del CD. Pero no será la primera vez que un gran esfuerzo nos lleva a la plenitud, a la satisfacción y al gozo, no? Pues eso.